Generación perdida ¿realidad post-Covid?

Por Guadalupe Romero

Como balde de agua fría cayó la “pequeña precisión” de los analistas de BBVA sobre la previsión de crecimiento económico de México para este año. Por una parte los especialistas del banco español estiman que el producto interno bruto (PIB) se ubicará en 6.3% y, por el otro, señalan que los estragos de pandemia Covid-19 hicieron que nos fuéramos 12 años para atrás.

Parece apenas ayer cuando arrancó 2020 y se reportó que el país experimentó durante 2019 un nulo crecimiento, el PIB fue de 0.1%; para luego sumergirnos en los horrores económicos y de salud a los que nos llevó el Covid-19, parálisis de la actividad productiva, de los servicios y el consumo, y la consecuente desaparición de empleos y negocios para llegar a un fatídico cierre de año con menos 8.5% de crecimiento.

Ahora, cuando ya entramos en la segunda mitad de 2021, las predicciones sobre el final de año aparecen como más certeras y aún en números rojos. El Fondo Monetario Internacional, bajo la dirigencia de Kristalina Georgieva, apenas ayer, señaló que el crecimiento mundial se ubicará en 6%; es decir, tendrá una recuperación de solo dos puntos porcentuales respecto a 2020 cuando se desplomó 4.2%.

En el caso de México, según los datos oficiales, si en 2019 crecimos 0%, en 2020 caímos 8.5%, y el promedio de los analistas anticipan un PIB positivo de 6% para este año, aún estaremos en terreno negativo casi tres puntos porcentuales y el rebote natural, que experimentamos con la reactivación, será insuficiente para salir de la línea roja.

La presentación de perspectivas económicas de BBVA elevó el optimismo de los escuchas, pues en una anterior presentación la estimación la colocaba en 4.7% y ahora, hacia arriba por la reactivación y dependiente de continuar el proceso de vacunación en el país, el panorama es mejor, pasa a 6.3%.

Los analistas del grupo financiero también incluyen como parte de las mejoras la reactivación y aumento en las exportaciones, consumo e inversión; sin echar las campanas al vuelo, el economista en jefe de BBVA, Carlos Serrano, aclaró -muy optimista- que la recuperación a los niveles pre-pandemia se empezará a observar de manera más clara hasta mediados del siguiente año, de 2022.

Y en eso estábamos, cuando llegan las palabras que duelen, las lapidarias de donde nos tenemos que agarrar con todo para salir del hoyo: “El país retrocedió prácticamente 12 años, regresamos a tener los niveles de PIB de 2008”, sentenció Serrano. Plooofff.

Aunque, de inmediato, el “curita” llegó para poder conciliar el sueño. BBVA anticipa crecimientos de 7.7% en el consumo privado y de más de 15% en la inversión como resultado de este año; como ejemplo, dijo, las exportaciones no petroleras que ya reportan los niveles que tenían antes de la instalación del Covid entre nosotros.

Y otra vez, las piedras deteniendo el techo. Serrano subrayó sobre el mal estado de los empleos en el país; dijo que el mercado laboral apenas ha crecido 0.3% promedio mensual en 2020 y acumula 402 mil empleos formales creados en lo que va del año. No me gusta decir: se los dije, pero se los dije.

Sin causar sorpresa, porque los intentos y las formas han sido muchas, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelín, ayer también salió a hablar, a través de un video, de la necesidad que tenemos todos de lograr una recuperación económica acelerada. En palabras claras… ¡es urgente!

Con todo y el control que domina, el empresario hizo un nuevo llamado a la inversión pública y privada para llevarla al grado de obsesión, pues dijo que “México ofrece un sinfín de oportunidades en infraestructura, hemos identificado más de 1,500 proyectos y esto necesita de alguna manera promoverse por parte de la autoridad, donde la inversión debería de ser para los mexicanos una obsesión”.

Y una vez más se dirigió al Gobierno federal, el que dejó solos a los privados durante la pandemia, para reiterar que “fuera” hay un sinfín de ofertas de inversión y oportunidades que es urgente tomar para recortar el largo camino que aún se ve hacia la recuperación.

En tanto, como el cuento más corto del mundo, el de Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”

El Organismo Nacional de Sanidad Pesquero (Sanipes), que preside Johnny Marchán, se convirtió en el primer ente nacional de referencia en territorio peruano, luego de ser acreditado en la norma ISO/IEC 17043:2010 como Proveedor de Ensayos de Aptitud, por la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA), que comanda Mario Gorena.

Perú es el tercer país de Sudamérica que obtiene el reconocimiento y respaldo a nivel internacional para diseñar, implementar y ejecutar los ensayos de aptitud. Sin duda esta acreditación permitirá supervisar de manera más objetiva los resultados emitidos por los laboratorios de las entidades de ensayo y contribuir que al final del proceso de la cadena productiva, los alimentos hidrobiológicos sean inocuos para el consumo público, entre otros.