INVERTIR MÁS EN NUESTROS MAESTROS

“La calidad de un sistema educativo nunca será superior a la calidad de sus docentes”, así lo expresó Francesc Pedró, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO IESALC), en 2019 participó como ponente en el 33º Diálogo de Educación organizado por la Confederación de Padres de Alumnos (COFAPA) en Madrid, España, con su presentación, titulada “De las políticas a las aulas”.

Y es que cuando de calidad educativa se trata, como lo han dejado ver muchas investigaciones, de todos los factores educativos que impactan en el desempeño de los estudiantes la calidad docente es el más “costo-efectivo” para mejorar el aprendizaje, que invertir en otros insumos escolares. Esto deja más claro, cómo en una misma escuela hay gran divergencia en el impacto que tiene sobre el aprendizaje un maestro excepcional y uno mediocre, y que estas diferencias perduran a lo largo de la vida de los estudiantes.

Así, varios estudios ponen en evidencia que las escuelas que tienen docentes con mejor formación antes y durante su ejercicio docente cuentan con estudiantes con mayor logro educativo, por ello países como Singapur, Finlandia, Canadá (Ontario) y Corea del Sur han priorizado la calidad docente a la cual le han invertido porque ha resultado altamente rentable para la sociedad en su conjunto.

Esto nos lleva a reflexionar lo que hace unos días el estudio de “Mapa de Brechas de Evidencia” presentado por Mexicanos Primero, la Red Latinoamericana por la Educación (REDUCA) y Fundación SURA, nos mostró en torno al tema de la formación docente, ya que, según este estudio, el gasto destinado a educación básica este año será de 9.46% del gasto programable, mientras que en 2007 fue de 13.55%, afectando gravemente el rubro de formación docente, considerada por los especialistas en educación factor clave para la transformación educativa.

El estudio mencionado, explica que con este porcentaje cada maestra o maestro tendrá $85 pesos para su formación, mientras que en 2016 fue de $1,644 pesos, cantidad que se reflejará notablemente en el aprendizaje de niñas, niños, adolescentes y jóvenes que ya enfrentan un grave rezago ocasionado por el confinamiento y que está lejos de mejorar por la falta de programas y de apoyo para revertirlo en las escuelas.

Sin embargo, lo que el estudio de “Mapa de Brechas de Evidencia”, no menciona es lo que un gran porcentaje de los docentes de nuestro país invierten de sus salarios para profesionalizarse, para seguirse formando, para estar al día y revertir poco a poco el rezago que nos dejó la pandemia.

Contamos con un magisterio comprometido con sus alumnos y su práctica docente, de forma tal que incluso en situaciones en las que no cuentan con la infraestructura, servicios, material didáctico, etc., son capaces de lograr buenos resultados.

Su pasión, su interés y disposición por aprender y cambiar el sistema educativo, de transformar la vida de sus alumnos, requieren mayor compromiso de los gobiernos federal y estatales para invertir en su formación y actualización, conscientes siempre, que “La calidad de un sistema educativo nunca será́ superior a la calidad de sus docentes”.

Mtra. Rosalía Zeferino Salgado

Asesora en Comunicación Estratégica e Imagen Pública