Incomodar al Papa

No entiendo la insistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador de revivir, a como de lugar, lo sucedido hace cinco siglos, cuando tenemos cientos de problemas que requieren de atención prioritaria, entre ellos la pandemia que sigue cobrando víctimas y la escases de medicamentos para niños con cáncer.

Con esa encomienda envío a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller a entrevistarse con el máximo jerarca de la iglesia católica que, aunque ha sufrido de desbandada de creyentes por los hechos de pederastia de algunos sacerdotes, sigue siendo la religión más importante a nivel mundial.

El primer mandatario está mal aconsejado en cuanto a estos temas que ya han puesto de malas a los españoles, primero le envío la misiva al rey Felipe exigiéndole una disculpa pública por el mal comportamiento del conquistador Hernán Cortés y por el atrevimiento de Cristóbal Colón por haber descubierto nuestra tierra que en esos años se llamaba Tenochtitlan.

Sin temor a equivocarme creo que es precisamente Beatriz Gutiérrez quien le ha metido en la cabeza al jefe del Ejecutivo la idea de exigir disculpas, lo que le ha generado respuestas duras de los españoles, ¿estará provocando lo mismo con los italianos que saldrán en defensa del sumo pontífice?

No necesitamos retroceder quinientos años para hablar de las precarias condiciones de los pueblos originarios, actualmente éstos siguen padeciendo en medio de pobreza extrema, de violencia y de un brutal saqueo de sus tierras. Como buen conocedor de México, porque sí visitó pueblos durante sus tres campañas presidenciales, constató la realidad de los indígenas.

Ahora no son los españoles ni la iglesia los culpables de la situación de los pueblos indígenas, son las autoridades que han gobernado esta país los responsables de que los aborígenes sigan sumidos en la ignorancia, en la miseria, en el olvido y en el abuso por parte de los poderosos.

Para que ir hasta Roma a incomodar al papa Francisco cuando aquí cerquita hay una cantidad impresionante de pueblos indígenas en espera de ser vistos y escuchados, ejemplo de siempre es Chiapas, donde ya hubo levantamiento armado y siguen protegiéndose a través del EZLN.

En la actualidad, en este 2020, los indígenas chiapanecos están sufriendo por la construcción del Tren Maya que partirá la selva, su selva, y de las especies de vegetales y animales que ahí viven. Enfocarse en el presente es lo más importante, lo urgente, lo que requiere de un presidente sensible y con políticas públicas para nuestros pueblos indígenas. El pasado, pasado es; los muertos no reviven.