LA LIBERACIÓN DEL PAJARITO.

Una vieja tradición inglesa reza que cuando se cambia el lavamanos de algún lugar, es señal de una nueva era y así fue precisamente como Elon Musk ingresó a las oficinas de Twitter en California después de resolver el conflicto legal que rondaba esta operación.

Con su ya tradicional ropa informal de color negro y cargando precisamente un lavamanos, fue como llegó el hombre más rico del mundo a su nueva empresa que según trascendió alcanzó un valor de 44 mil millones de dólares.

Con ello puso fin a un drama legal.

Musk y la empresa del pajarito (twitter) llegan en momentos políticos muy importantes para el continente americano; el domingo de elecciones Brasil y con las elecciones de medio termino en los Estados Unidos. Las preguntas y dudas sobre la influencia que en ellas podría Musk tener, comenzaron a reproducirse por todos lados.

La planta directiva de esa poderosa red social, incluso sus más de 7 mil empleados están envueltos en la incertidumbre laboral a la espera de los nuevos lineamientos de operación, quiénes se irán, pero sobre todo quienes regresarán (Donald Trump, por ejemplo).

Musk, desde el principio de su oferta en abril pasado, esbozó una visión para Twitter que incluye reglas más laxas sobre lo que la gente puede decir, prometiendo además que evitaría expulsar a usuarios de la red social por sus opiniones.

“Queremos tener la percepción y la realidad de que la expresión es lo más libre posible”, afirmó en abril. Semanas después señaló que anularía la prohibición permanente al expresidente Donald Trump.

Trump ha dicho que no volverá tras impulsar su propia red social, Truth. Esta mañana publicó su "gran alegría" porque Twitter esté ahora en "manos cuerdas" y no de "lunáticos y maniacos radicales de izquierda" que "odian el país". La red debe "trabajar duro para librarse de bots y cuentas falsas", tras lo cual su número de usuarios agregó, será menor. Pero recalcó su compromiso con Truth que se ha convertido "en un fenómeno".

Musk no ha dado muchos detalles sobre cómo podría reescribir las normas de Twitter, que prohíben las publicaciones que amenazan con la violencia, el acoso o el uso de imágenes o símbolos de odio.

Unas normas más laxas podrían ahuyentar a usuarios y anunciantes a quienes quiso tranquilizar el jueves asegurando que la red no se convertirá "en un infierno de libertad" donde todo el mundo puede decir las barbaridades que quiera, sino que respetará "las leyes del país” e intentará ser “cálida y acogedora para todos”.

Musk aseguró que se puso en contacto con Kanye West para expresar su preocupación por sus comentarios antisemitas, que le expulsaron precisamente de Twitter. Este viernes, su cuenta parece haber sido reactivada, dice Bloomberg.