LOS OTROS DYLAN

Columnas jueves 23 de julio de 2020 -

Muchos son los problemas del país, pero los más sentidos y preocupantes, según han revelado muchas encuestas en diversos momentos y gobiernos, son aquellos que tienen que ver con la delincuencia y; sin embargo, la delincuencia avanza a pasos agigantados, en una carrera que deja muy atrás a las autoridades, quienes al mismo tiempo, aunque dicen hacer mucho, parece que no hacen nada y quizás sea porque no ven a su alrededor.

Esto que menciono es por el caso del pequeño Dylán de dos años, robado el 30 de junio en un mercado de San Cristóbal de las Casas, cuya búsqueda descubrió una red de tratantes de niños para explotación laboral pidiendo limosna, lo cual hacían a la vista de todos, en las calles que transitan miles de personas.

El pequeño fue sustraído por una niña de 12 años. Pero a los pocos días se descubrió que tres mujeres, seguramente también víctimas, manejaban una red de explotación laboral de niños, a quienes ponían a limosnear.

¿Cómo es posible que suceda esto? ¿Será nuestra indiferencia o nuestra costumbre a ver lo que no debería ser? ¿Cuántos niños piden limosna en las calles? ¿Cuántos niños pequeños y menores de 12 años hay entre automóviles, en vialidades principales de nuestras ciudades, ya sea disfrazados de payasitos, de limpiaparabrisas, limpiando zapatos entre vagones del Metro, viviendo en las calles con padres que crecieron de igual manera entre basura, bajo puentes, entre drogas baratas, abusos sexuales y policiales, etc? Otros niños como este pequeño robado en Chiapas, los otros Dylan, seguramente están entre nosotros y no somos capaces de reparar en su estado físico, en su tristeza, en su desamparo. Y por ello, grupos delictivos esperan nuestra moneda a través de esas manitas que deberían abrazar a su familia, besadas por sus madres.

Se estima que el 18% de las personas desaparecidas corresponde a niños y niñas, por años el problema sigue latente.

El caso de Dylán, el pequeño chiapaneco, cuya madre Juanita López emprendió una lucha para dar con su bebé y poder hablar con el presidente, Andrés Manuel López Obrador, debería ser un tema tan prioritario como el de todos los niños robados y el de todas las personas ausentes, porque si en este país no podemos tener la seguridad de que nadie nos robara la libertad, a nuestros hijos, hijas, niños, niñas, jóvenes e incluso adultos, entonces nada más sirve ni basta y todos estamos condenados a vivir con miedo en medio del horror.

Este caso debe mover las conciencias de los políticos, para que muevan los hilos y generar tanto reformas como acciones que aseguren que no habrá niños pidiendo limosna, que por ningún motivo en este país se permitirá que haya niños limpiando coches, ni trabajando en campos, ni en sitio alguno donde sea explotado. Y de inmediato iniciar una supervisión en todas las vías públicas, para indagar cuántos Dylan hay ocultos en medio del gentío.