La reelección volvió

El 10 de febrero de 2014 se publicó en el Diario Oficial, la reforma constitucional que trae de regreso la reelección. Si bien, deja intacta la no reelección de los poderes ejecutivos a nivel estatal, CDMX y Presidente de la República, sí incursiona en otros ámbitos de gobierno.

A 88 años de prohibirse en nuestra Carta Magna y a 110 años de que Porfirio Díaz renunció a la presidencia, regresa a nuestro país la reelección de los siguientes cargos públicos:

Municipios: presidentes municipales, regidores y síndicos, hasta por dos períodos consecutivos.

Alcaldías CDMX: alcalde y concejales, hasta por dos períodos consecutivos.

Entidades federativas y CDMX: diputados locales hasta por cuatro períodos consecutivos.

A nivel federal: diputados federales hasta por cuatro períodos y senadores hasta por dos períodos consecutivos, respectivamente.

Deben ser postulados por el mismo partido o por uno de los integrantes de la coalición que los postuló, a menos que renuncien a su militancia antes de la mitad de su mandato, lo cual, a pocos días de vencerse el plazo, no creo que suceda.

La reelección es un tema polémico, más si se trata del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero es una oportunidad que tiene la ciudadanía para evaluar la labor de sus representantes populares y gobernantes más cercanos, como lo son los presidentes municipales y alcaldes en la CDMX.

Los partidos políticos, particularmente Morena, tienen de dos sopas, o deciden que nadie se mueva de sus puestos para que salgan en la foto reeleccionista o se avientan un proceso de selección interna que los enfrascará en una fuerte disputa por los espacios con mayores posibilidades de ganar.

Lo malo de la primera opción es que pocos serían los que tendrían verdaderas posibilidades de ganar nuevamente. A la gente poco le importa lo que haga su diputado o diputada en el Congreso local o federal. Lo que quieren ver son acciones visibles y cercanas, que lleguen e impacten directamente en su calle o su colonia. Pocos, muy pocos diputados y diputadas han trabajado así.

Lo mismo ocurre con los presidentes municipales y sus cabildos, y en la CDMX hay alcaldes que si la gente pudiera los sacaba antes. Solo veo a cuatro que son aceptados en sus demarcaciones. Curiosamente, de diferentes partidos.

Del PRD tenemos a un aguzado y colmilludo Julio César Moreno en Venustiano Carranza, veremos si su partido no representa un lastre. Por el PAN tenemos en Benito Juárez a Santiago Taboada, quien rebasó por la izquierda con el tema de las guarderías. El PRI tiene a un Adrián Ruvalcaba, en Cuajimalpa, vestido de policía y muy alejado de su partido.

Mención aparte merece el único alcalde de Morena que puede presumir una aprobación capaz de resistir la reelección en Miguel Hidalgo, el bicialcalde Víctor Hugo Romo. Cercano a Claudia Sheinbaum, su contacto con la gente, un duro trabajo, su creatividad y apostar por acciones impresionantes como el nuevo edificio de la alcaldía, único en su tipo, es lo que le ha valido ser el alcalde de Morena que aparece en la lista.

Veremos si la lista crece o se mantiene, les queda un año de duro trabajo cercano a la gente. ¿Pagarán el precio de la reelección?