La viga en el ojo propio

La oposición toma por hecho no sólo los rumores contra algunos funcionarios públicos sino que las acusaciones contra políticos, que apenas son sospechas, las convierten en hechos consumados, como es el caso de mantener viva la acusación de lo llaman la casa gris del hijo del Presidente, aclarado no sólo muchas veces sino con toda oportunidad a satisfacción de las autoridades.

Otro ejemplo que repiten hasta la saciedad intentando convertirlo en verdad absoluta es llamar a la maestra Delfina Gómez ladrona, cuando nunca se le comprobó en lo personal ningún delito, a pesar de que el caso estuvo en manos del Tribunal Electoral que la exoneró y cuyos fallos, en su mayoría, muestran parcialidad contra Morena.

Sigue la lista de afirmaciones sobre conceptos y hechos que perdieron su valor a través de la aclaración puntual y que careen de señalamientos reales, Sin embargo, para la oposición, continúan vivos esos “delitos”. Desde luego que a esos militantes les hace mucha falta señalar que fuera de su partido hay mucha corrupción para no tocar ese tema dentro de sus filas, ejemplos hay muchos, que sí son hechos consumados y hasta hay muestras de periodos de sus integrantes en la cárcel por delitos que sí existieron, en el pasado y en el presente, como es el caso del posible candidato del PAN al gobierno del Edomex, Enrique Vargas.

En el caso de Tamaulipas, a pesar de que el Tribunal Electoral dio su fallo insisten en que ganó su candidato, pero en el fondo la intención radica no sólo en evitar la cárcel el gobernador saliente, Francisco García Cabeza de Vaca sino para que le cubriera las espaldas al llegar a esa administración donde podría haber un cochinero.

Ante esta realidad las sospecha sobre diferentes delitos que el PAN creó contra Américo Villarreal, con la ayuda del ex consejero electoral Marco Antonio Baños, alquilado como porro de la ilegalidad y la antidemocracia, los panistas afirman que las sospechas eran ciertas, que el nuevo gobernador de Tamaulipas es un delincuente y que el Tribunal Electoral, que tanto defienden simplemente se equivocó.

Imaginando que los delitos imputados por el PAN de los funcionarios de la actual administración, en un ejercicio de fantasía y creatividad, no son ni la sombra de las administraciones panistas en el poder. Las cantidades que dicen desviadas, las adquisiciones que aseguran ilegales, las concesiones que imputan a familiares de funcionarios, los asesinatos, las muertes, no llegan ni al uno por ciento en dinero y cantidad de sospechas a las cometidas por panistas y priistas.

La corrupción no ha acabado es una práctica muy arraigada como para erradicarla en 4 años, pero los delitos no son ni la sombra de los perpetrados por funcionarios públicos del pasado, en cuya impunidad viven confortablemente.