Latinobarómetro 2021

Lo anterior viene al caso debido a que el debate sobre la calidad de la democracia y los retos que se aproximan para 2023 serán considerables y complejos. Al menos, para México, se vuelven obligatorios los foros para discutir temas públicos, confrontar ideas sin polarización, alinear voluntades en aras de reducir las brechas de desigualdad y generar espacios naturales para la composición plural de órganos representativos de gobierno.

Ahora bien, si de democracias hablamos, según el último informe del Latinobarómetro 2021: “la crítica de los ciudadanos a la democracia es una demanda de democracia. Ningún pueblo de la región está contento con la manera de cómo funciona la democracia en su país. A más de 30 años de las transiciones, las democracias se han consolidado en grados crecientes de imperfección con Estados anquilosados”; en pocas palabras el fantasma de una democracia churchilliana resurge con nuevos bríos y los ciudadanos defienden el sistema de gobierno no por sus cualidades sino porque es la menos mala forma de gobierno que hasta hoy se conoce.

Por mencionar solo unos datos del estudio:

a) El apoyo a la democracia ha caído de 63% a 49% en el periodo comprendido de 2010-2020.

b) Desde 2013 la insatisfacción de la democracia se ha incrementado de un 51% a 70% en 2020, es decir hay demócratas insatisfechos en una democracia a la que no apoyan.

c) El malestar democrático es con los que gobiernan mucho más que con el régimen en sí mismo. Son las élites gobernantes las que han dejado mucho que desear al momento de no respetar el Estado de Derecho.

d) La percepción de que la democracia gobierna para unos cuantos (grupo privilegiado) pasó del 54% en 2009 al 73% en 2020.

e) El 78% de la población en 2020 considera que no hay justicia en la distribución de la riqueza en los regímenes democráticos.

f) “En la última década la izquierda va perdiendo adeptos porque no ha logrado desmantelar desigualdades. Ahora compiten de la mano con las derechas, los populistas y los autoritarios, donde todos se disputan el título democrático en elecciones.”

g) En relación con las garantías civiles y políticas está la libertad de participar en política que se ve mermada de un 62% en el 2018 a un 46% en 2020.

Sin duda, los índices plasmados en el documento de 105 hojas, permite replantear qué desafíos se avecinan para 2023 en relación con la percepción de la democracia y la calidad de vida de cada uno de los parroquianos que, al menos desde la pandemia y sus consecuencias, han visto mermadas drásticamente las oportunidades de desarrollo en las economías domésticas.

En la actualidad para América Latina, se comprimen las garantías e incentivos para participar libremente en política, así como también se erosiona la confianza en las instituciones en aras de garantizar la gobernabilidad y una eficacia mínima en las agendas públicas. Entonces, entre los múltiples propósitos para 2023, se vale añadir uno más: que este año (que es pre-electoral en México), las condiciones de certeza, objetividad, legalidad, imparcialidad, y máxima publicidad, reinen en el territorio para poder disfrutar la fiesta democrática que se avecina para el 2024. “Por un México en paz, con justicia y desarrollo”.