Lo que se siembra se cosecha

Lili Téllez es una referencia, claro, a lo que expongo a la entrada de mi columna, fue postulada como candidata a senadora por Sonora por el partido gobernante, no obstante, durante los dos años de ejercer la senaduría se convirtió muy rápidamente en la legisladora incómoda de Morena porque expresaba su desacuerdo en asuntos que eran perjudiciales para el país.

La presión de las morenistas, vaya compañeras que defienden al género, finalmente consiguió que la periodista renunciara a la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para hacerse independiente por algunas semanas hasta que la fichó el PAN, con quien tiene más acercamiento ideológico, sobre todo en temas como el aborto.

Téllez volvió a incomodar a los senadores que liderea Ricardo Monreal este pasado lunes durante la comparecencia del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, a quien le dijo de todo: desde el padre de las camas vacías en plena pandemia por el coronavirus hasta su actitud acomodaticia y barbera con el presidente Andrés Manuel López Obrador para minimizar los efectos trágicos del Covid que ha matado a más de 83 mil mexicanos.

Como reportera y conductora de noticieros en televisión, la sonorense tiene gran experiencia en el debate, lo demostró en plena tribuna cuando encaró a López-Gatell que no sabía si salir huyendo del peno del Senado, esconderse o pedir a gritos a sus aliados callaran a la mujer que un día fuera morenista.

Para los morenistas la intervención de Lili Téllez fue una “cena de negros” para la oposición fue la venganza perfecta para todos los abusos que el grupo parlamentario de Morena ha cometido en contra de la democracia, la seguridad y la salud de los más de 130 millones de mexicanos que somos.

A todo esto ¿qué tanta razón tiene Téllez en las acusaciones que lanzó al zar de la pandemia? Desde mi muy humilde punto de vista mucha: López Gatell engañó al presidente diciéndole que con su programa “centinela” bastaba para enfrentar al coronavirus y así no gastar dinero en pruebas que a nivel mundial se hacían por miles, aquí, en México, se han regateado.

Coincido con Téllez que es ofensivo que México tenga la letalidad más alta de los países con más contagios en el mundo y se atreva a echarle la culpa a los “gansitos” por ser altos en calorías. Por experiencia propia de personas cercanas a mi, las instituciones de salud les negaron la atención médica mandándolos a su casa para que ahí murieran.

Si doctor López Gatell merecía tener enfrente a una periodista, lo que sembró lo está cosechando.