Los números que no cuadran

Los sucesos político mediáticos de los últimos días han hecho que pasen inadvertidos los problemas económicos que enfrenta el país. Mientras se dilucida el hackeo a la Defensa Nacional, el espionaje a periodistas y defensores de derechos humanos, se esclarecen las masacres del crimen organizado y la violencia política que sega vidas de funcionarios y legisladores, pongamos atención en los pronósticos, nada alentadores, del Banco Mundial para México.

El organismo financiero internacional espera un modesto crecimiento del 1.8 por ciento para este año y del 1.5 para el 2023, ante la menor actividad prevista en Estados Unidos. Es nada, si consideramos que hubo un decrecimiento del 8 por ciento durante el 2020. En términos reales, en esta administración, donde se presenta una hiperinflación no vista en casi cinco lustros, el crecimiento real de nuestra economía será de cero. Durante la pandemia se perdieron poco más de 12.5 millones empleos formales e informales, y aunque al regreso de la nueva normalidad se crearon nuevas fuentes de trabajo, faltan todavía dos millones de puestos laborales para recuperar lo perdido.

Cabe señalar que el empleo informal y el autoempleo se han recuperado en un 95 por ciento; cuesta más esfuerzo a los inversores y pequeños y medianos empresarios abrir nuevos empleos. El IMSS informó que de enero a septiembre se crearon casi 790 mil puestos de trabajo; de ellos, el 74 por ciento son formales y el resto eventuales. Con esas cifras, se llega a 21 millones y medio de derechohabientes, número nada despreciable para una economía que todavía no puede despegar.

Sin embargo, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza presentó datos del observatorio laboral que desaniman. El 70 por ciento de los mexicanos no puede superar el umbral de la pobreza, ya que siete de cada diez jefes de familia no ganan lo suficiente para pagar dos canastas básicas. Poco más de 35 millones de nacionales que trabajan carecen de ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades. Las mujeres y los jóvenes son los más vulnerables, 16 millones de féminas tienen salarios bajos y no cubren el gasto familiar, mientras que diez millones de la población joven también son deficitarias en sus ingresos.

El estudio de Acción Ciudadana sugiere que el salario mínimo -según ellos debiera llamarse salario suficiente-, se establezca en 8 mil 500 pesos, dada la inflación y el costo de la canasta básica, para así superar el umbral de la pobreza.

También hacen hincapié en que los programas asistenciales no son la opción para salir de esas condiciones extremas de desigualdad, ya que su uso electoral impide resolver estructuralmente un problema social, agravado por la creación de cuatro millones de nuevos pobres en lo que va de este sexenio. La solución es más empleos y mejor remunerados. Si, el Estado debe invertir en educación, salud, vivienda, desarrollo comunitario, pero también necesita facilitar y alentar la inversión privada para generar empleo, solo así podrán salir millones de mexicanos de la pobreza. Los números contradicen la narrativa de que vamos muy bien.

Apostilla: Si, la pobreza, el desempleo, el hambre, la deserción escolar orillan a millones de jóvenes a delinquir como sicarios, pero si no se frena la violencia ahora, se corre el riesgo de perder la gobernabilidad. La masacre en el Ayuntamiento de San Miguel Totoloapan, Guerrero, y la muerte de la diputada morelense Gabriela Marín Sánchez son evidencia de la impunidad con que actúa el crimen organizado.