Los retos de Morena para el 2024

Estamos de acuerdo que la expresión guinda ha sido el partido más ganador desde aquel histórico triunfo hasta ahora; sin embargo, mucho de ello dependerá si hay voluntad para construir un proceso de unidad toda vez que, a partir de un principio, la contienda interna se ha visto marcada por el favoritismo o la excesiva publicidad para impulsar a ciertos perfiles.

Eso habla de una desventaja, pero impacta más es que no hay una verdadera democracia interna que ponga en igualdad de circunstancias a todos los aspirantes a la presidencia de la República. Tuvo que ser el propio Ricardo Monreal quien levantara la mano luego de salir a manifestar su intención una vez que se manejaron algunos nombres en la conferencia matutina del presidente Obrador, menos el de él.

Y es que se ignoró el nombre de Ricardo Monreal siendo que él, desde hace muchos años, es un aspirante natural de cara al proceso de transición política presidencial del 2024. Es, hoy por hoy, un precursor del movimiento; asimismo, pieza clave en el Senado de la República reconocido por su eficiencia y oficio luego de sacar adelante todas las propuestas presidenciales que han servido de equilibrio para el país a través de leyes y reformas constitucionales.

De hecho, justo en los momentos de mayor tensión en el legislativo federal el Senador Ricardo Monreal supo sobreponerse a cualquier obstáculo pues ha resultado muy favorable su capacidad como líder. En pocas palabras, se ha convertido en el mejor aliado del presidente en la Cámara Alta. Y falta que eso se le reconozca, incluso en las propias circunstancias de piso parejo en la sucesión presidencial ya que, obviamente, es un aspirante muy fuerte dentro de Morena.

Pero desafortunadamente ni el propio partido ha sabido mostrar equilibrio y ser neutral en la contienda. También ha dado muestras de favoritismo hacia cierto perfil; y eso está a la vista de todos. El problema es que se ha vuelto tan notorio que nos hace pensar que, dentro del partido, hay señales que provocan mucho ruido, especialmente de una cargada a favor de un aspirante a la presidencia.

Ni en los tiempos del PRI se notaba la excesiva propaganda a favor. Por eso la respuesta natural desde adentro; hay muchos actores y cuadros inconformes que han levantado la mano para señalar pues se supone que, al interior de Morena, hay pluralidad y libertad de opinión. Aunque sinceramente eso no ha sucedido: tal parece que hay una regresión de las viejas prácticas del partido hegemónico que son, hoy por hoy, una postura reaccionaria.

Por esa razón uno de los grandes retos de Morena es democratizar toda la estructura entre reglas de participación y transparencia, es decir, una verdadera agenda que ponga al servicio de la sociedad la toma de decisiones. Esto porque hay hechos que han ido en contra de los principios, especialmente el de no mentir pues ha trascendido que, luego del arranque anticipado, hay toda una campaña para favorecer a un perfil; eso lo han señalado al interior del partido.

Eso ha sido motivo para plantear una reestructuración interna para democratizar al partido. Morena no puede ser rehén de las viejas prácticas pues la declaración de principios del partido es una verdadera democracia, y no lo que ahora está ofreciendo la dirigencia que, para nada, es la esencia del movimiento que dio vida luego de años y años de lucha social.

La gente ha confiado en Morena y, el partido, tiene que responder a la demanda de la población civil garantizando procesos transparentes y democráticos.

Piso parejo en la contienda: eso sería una señal de que hay voluntad democrática al interior de Morena.