MI CUERPO, MIS DERECHOS

Estados Unidos, el país de las libertades, que en 1973, se convirtió en uno de los pioneros en legalizar el acceso libre y seguro al aborto en el continente, la semana pasada dejó ese calificativo enterrado, ya que su Corte Suprema de mayoría conservadora, aprobó el documento que el magistrado Samuel A. Alito, puso a discusión en torno al derecho que tienen las mujeres de abortar, criminalizando la decisión de interrupción voluntaria del embarazo en los Estados Unidos.

La resolución Dobbs vs Jackson, como ya es conocida, mereció seis votos a favor y tres en contra, acabando de esa manera con la protección del derecho al aborto en dicho país.

Votos que desde el viernes 24 de junio, criminalizan nuevamente la interrupción voluntaria del embarazo y nulifican el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Esto es un hecho que debe preocupar a todos, porque los grandes esfuerzos que se han estado realizando en muchos países para respetar este derecho, pueden tener un grave impacto.

Impacto que agravarían las cifras que presentó el año pasado informe anual del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) denominado “Mi cuerpo me pertenece”, y en el que informa todavía hay millones de mujeres en el mundo que no pueden tomar las más esenciales decisiones sobre sus cuerpos. Enfatizando que casi la mitad de ellas (un 45%) dice no tener opción de elegir si tienen o no relaciones sexuales con su pareja, ni usar anticonceptivos o buscar atención médica. Impacto que más allá de representar cifras, representarían vidas.

El magistrado Samuel A. Alito, en la resolución Dobbs vs. Jackson, cuestionó la validez del derecho a abortar porque no está plasmado en su Constitución, argumento que va en contra del que en 1973 fundamentó la sentencia Roe vs. Wade que legalizó el aborto en todo el país con el argumento constitucional de que, por interpretación conforme y actualizada, el gobierno no debía interferir con la privacidad de las mujeres.

La resolución Dobbs vs. Jackson, vuelve a nuestra mente campañas como la realizada hace años por Amnístia Internacional que denominó “Mi cuerpo mis derechos”, el cual era, “un acto en defensa de los derechos sexuales y reproductivos, seriamente amenazados en todo el mundo. La acción quería visibilizar esta grave violación de Derechos Humanos”.

Hoy en Estados Unidos, millones de personas ven su salud y su vida amenazadas por esta decisión que no les garantiza sus derechos sexuales y reproductivos. Estados Unidos, un país que siempre se refiere a sus fundadores y a sus Declaración de Independencia y en la que con la resolución Dobbs vs. Jackson olvidaron que tiene plasmado escriieron: “Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad (…).”

Desde el viernes 24 el país de las libertades, al negarles a las mujeres su derecho sobre su cuerpo, regresó a aquello que en 1972, el poeta Nicanor Parra escribió Estados Unidos: el país donde la libertad es una estatua.

Mtra. Rosalía Zeferino Salgado

Asesora en Comunicación Estratégica

e Imagen Pública