MUJERES, LA GRAN DEUDA DE LA CDMX

Prevenir y castigar la violencia contras las mujeres en la Ciudad de México ha sido una de las demandas más sentidas de la sociedad capitalina. También, fue una de las promesas más recurrentes durante la campaña de la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum. Sin embargo, hasta ahora, ha sido letra muerta.

Las acciones para reducir o eliminar la violencia hacia las mujeres son, desafortunadamente, insuficientes y este gobierno, a pesar de estar encabezado irónicamente por una mujer, no ha podido o no ha querido garantizar la integridad y la seguridad de ellas.

Hoy, en pleno encierro por la contingencia sanitaria, a nivel nacional la capital del país ocupa el vergonzoso primer lugar en violencia familiar y el deshonroso tercer lugar en feminicidios.

A pesar de que ellas representan el 52% de la población de esta ciudad y que su participación en el mercado laboral es del 40%, la situación de la mujer aún es muy vulnerable. Son ellas quienes sufren las condiciones laborales más adversas, quienes tienen la brecha salarial más desfavorable y, lamentablemente, quienes son más lastimadas, pues el 72% de las mujeres de 15 o más años en la ciudad, han declarado haber sido violentadas en algún momento de su vida. Ubicándonos en la segunda posición más alta, solo por debajo del Estado de México.

No hay duda que ante este terrible panorama, el gobierno actual enfrenta un reto mayúsculo. Dignificar a la mujer y evitar la violencia hacia ella pasa por el camino de atender y resolver los feminicidios, diseñar más y mejores planes de seguridad para ellas, educar más y mejor a las nuevas generaciones y proporcionarles más condiciones para alcanzar la verdadera equidad en todos los aspectos de la vida.

Desafortunadamente las acciones realizadas por la Jefa de Gobierno y su equipo de trabajo no están encaminadas hacia ello, de lo contario no hubieran dejado sin recursos a los refugios para mujeres o no hubieran quitado las estancias infantiles que permitían el desarrollo de la mujer en la vida económica.

La violencia contra la mujer en esta ciudad es una constante y no basta con la aprobación de la Ley Olimpia o la creación del Registro Público de Agresores Sexuales. Es urgente que el gobierno actual se ponga del lado de las mujeres. Su inexperiencia, improvisación y acciones tardías ya le han costado la vida a muchas mujeres.

Dos años han pasado desde que la Jefa de Gobierno les prometió una ciudad de derechos, de innovación y de igualdad y aún la deuda sigue vigente. A pesar de que el tiempo perdido ha sido muy doloroso y costoso para todos quienes vivimos en esta ciudad, aún no es tarde, todavía se puede y se debe rectificar.

Desde Acción Nacional siempre aplaudiremos y respaldaremos todo lo que se haga para eliminar la violencia contra la mujer, pero para ello las autoridades deben de dejar de lavarse las manos, reconocer el problema, romper el silencio y entrar en Acción.