Más gaseras

Tal parece que ni las autoridades estatales, ni de justicia federal escuchan los reclamos de los habitantes del municipio de Apaxco, quienes se quejan de la proliferación de gaseras clandestinas, por lo que ahora piden que la Secretaría de Energía (Sener), sea la que ponga atención.

La acusación sigue siendo directa contra el alcalde del municipio, Daniel Parra, ya que luego de una investigación de campo que hicieron, se reveló que, en ese poblado, durante la administración del panista, se instalaron más de cinco negocios clandestinos de ese tipo, los cuales, a decir de las ONG, no cuentan con los permisos ni condiciones mínimas de seguridad para operar.

“La situación es grave en Apaxco, las gaseras irregulares se instalaron casi frente a escuelas, junto a casas y otros lugares que, según las normas de Protección Civil, no deberían estar”.

“Todo esto ocurre bajo la complacencia del alcalde, ya se le notificó del riesgo en el que están sus habitantes y no entiende, obvio está coludidos con ellos. El gobernador (Alfredo) Del Mazo ya sabe también, pero no ayuda a los ciudadanos”, comentó Rafael González, dirigente de la organización Juntos Contra la Corrupción.

Reveló que el Gas LP, en toda esa zona, se vende hasta 2 pesos debajo del precio establecido por las autoridades de la Sener. “Todo ese producto es robado, no está regulado, esas gaseras clandestinas son una bomba de tiempo”, añadió.

Miguel Ángel Parra, alcalde de Apaxco, es investigado por la Fiscalía General del Estado de México, por estar acusado de “mandar golpear” a gaseros establecidos que quieren comercializar el energético en su municipio; sin embargo, nunca asistió a una entrevista solicitada por la autoridad, pero luego de eso, se implementaron retenes para evitar que alguien más vendiera el gas en la zona.

En este espacio hemos comentado esta lucha que han mantenido tanto pobladores como organizaciones, solicitando incluso, la intervención de la Guardia Nacional en ese municipio para prevenir que las gaseras clandestinas sigan proliferando, así como la escala de violencia en Apaxco; sin embargo, nadie los escucha y quizás en estos tiempos de contingencia sanitaria, el eco será menor.