Miedo político

La repetición de la palabra comunismo en las consignas de la oposición mexicana son una estrategia de miedo que representa la continuación de aquel aviso de terror que Andrés Manuel López Obrador era un peligro para México.

Si bien en México la oposición se muestra desmembrada, no lo es así su discurso, que identifica a todos los opositores sin importar si militan en algún partido o simplemente pertenecer a pequeños grupos. Como si hubiera algo o alguien que les elabora el guion.

La manera autoritaria de ejercer la política de la derecha es una costumbre que no pueden abandonar. No se actualizan ni conocen las necesidades de la población. El miedo prepara al ciudadano a conformarse con estar dominado.

La oposición no se identifica por sus propuestas diferentes a las del gobierno simplemente las descalifica. No se trata de una manera diferente de ver la realidad sino de negar todo lo que se hace desde la administración pública. Ni ideas, ni proyectos, menos ideologías.

La gran propuesta de la oposición es un miedo irracional que en el caso del comunismo funcionó donde se padeció el socialismo y ante la incapacidad de desarrollar su economía sacrificó libertades y derechos. Para ellos volver al pasado de restricciones sería un error histórico imperdonable.

Amenazan para infundir un miedo que rebasa fronteras, porque quieren forzosamente encontrar similitudes entre el gobierno de México y el de Venezuela o el de Cuba. Países bloqueados económicamente por Estados Unidos. Lo similar con Venezuela es la oposición que busca ilusorias coincidencias.

La obsesión por el número de muertes que la derecha de ambos países traduce como homicidios de Estado, expresa una patología necrófila que remite con gran nostalgia al pasado, como si ellos hubieran gobernado con pandemia.

Las circunstancias negativas involuntarias del actual régimen en México, existen. Pero no se comparan con los errores voluntarios de los gobiernos anteriores; puede ser que no se acaben de ir quienes deben estar fuera o a que al proceso de desintoxicación de la administración pública todavía le falte tiempo para su purga completa.

Lo cierto es que el miedo es el ingrediente indispensable en los discursos de la oposición, de sus líderes, de sus consignas y cartas. La lectura de su discurso no sólo es ofensivo a la memoria e inteligencia de los mexicanos, por la implantación del terror, sino por la manera en que ofrece sólo alternativas de sobrevivencia. Como si debieran conformarse con estar vivos, lo demás no importa.

Cuando el miedo se presenta como contraparte de un gobierno, la opción política que se ofrece sólo es la sobrevivencia, no se promete más. Anuncian libertad, pero cuando ejercieron el poder fueron autoritarios y represivos hasta el exterminio. Sobrevivir no es suficiente para una sociedad que ha padecido sus gobiernos.