NARRO Y LAS PIEDRAS EN EL CAMINO

Hace dos días el senador José Narro Céspedes, rindió su cuarto informe de actividades legislativas en el que se refirió con amplitud a lo que realizó en ese período y remató diciendo: “Nosotros no ejercemos una política de élite, no participamos para ver cómo apoyamos a las mafias del poder o a los fifís; nosotros buscamos el beneficio de las mexicanas y de los mexicanos”.

En este evento prevaleció en la atmósfera la intención del senador Narro Céspedes: su búsqueda por la presidencia de la Mesa Directiva del Senado. Sin embargo, ahora resulta que pese a que estamos en la cuenta regresiva que se cumplirá el 31 de agosto, se suman otros aspirantes a ese cargo.

Además del senador por Puebla, Alejandro Armenta Mier, está el excoordinador de los “superdelegados”, Gabriel García y se sumó, o sumaron a uno más, el senador Higinio Martínez, quien recientemente perdió las encuestas de su partido por alcanzar la candidatura morenista al gobierno del Estado de México y puede que se haya sumado a la carrera en la Cámara Alta como una especie de premio de consolación, pero es considerado un candidato “de chocolate”.

Ante esta elección en el Senado de la República, la bancada de Morena está dividida en dos, como ha sido en otros temas: los duros, de quienes el senador Narro asegura tener su apoyo y los llamados conciliadores que apoyarían al senador Armenta. Al final, ambos son los reales candidatos, con todo y que Gabriel García con tal de colarse en esta contienda, le haya propuesto al presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta, Ricardo Monreal, que la elección de quien presidirá la Mesa Directiva, sea mediante una tómbola. Y aquí la pregunta es: ¿cuántos votos podría obtener el senador García? Eso, él mismo se lo responderá cuando haga conciencia de que ya no tiene el poder que le daba ser el coordinador de los “superdelegados” y que casi sin avisarle le quitaron, además de que su labor en el Senado ha pasado muy desapercibida.

El caso es que en su aspiración por suceder a Olga Sánchez Cordero, el senador por Zacatecas ha tenido que lidiar con las “piedras” que a diario se le ponen en el camino; la más grande, aquel asunto de los marinos que habría solicitado como escoltas en una visita a Acapulco y que desaparecieron. Por esa razón, Narro Céspedes presentó dos denuncias ante la Fiscalía de Justicia de la CDMX, que encabeza Ernestina Godoy, “en contra de quien resulte responsable”, por la filtración de documentos oficiales de dicha investigación y en su defensa, argumenta que nunca solicitó los servicios de protección de los marinos desaparecidos, ni les proporcionó vehículo alguno, al tiempo que reiteró que acudirá a las autoridades cuantas veces sea necesario.