Oposición suicida

La votación en el Senado de la reforma para extender la presencia del ejército en las calles en tareas de seguridad púbica oficializa no sólo la ruptura de la alianza opositora sino la división al interior de los partidos PRI y PRD, cuyos senadores dividieron su voto. MC y PAN en su totalidad vitaron en contra con quienes los votos sumaron 40.

Esto no es sólo un anticipo de la reforma electoral que seguramente pondrá a temblar a más de un consejero sino una derrota electoral en 2023 tanto en el Estado de México como en Coahuila, porque los partidos solos parecieran no alcanzar los mínimos para competir con seriedad.

La democracia en México está amputada, y mientras menos es su participación mayor es el deterioro del sistema político mexicano que tiene ahora dos grandes problemas, un líder fuerte y una oposición prácticamente inexistente, lo cual por sí mismos, cuestionan cualquier democracia digna de llamarse así.

Esto recuerda que México siempre ha tenido problemas con la transición política en la Presidencia de la República, en 200 con Fox, simplemente no pasó nada, resultó más priísta que el PRI y el regreso de ese partido, n sólo fue gris sino desastrosa. La llegada de la 4T, arrebata la participación opositora de raíz y deja en total desamparo a los aposes contrarios a la alianza en el poder.

Este conflicto cíclico que sucede cada vez que el Presidente pertenece a un partido político diferente al anterior, la clase política se resquebraja en un escenario donde los partidos en el poder hacen su trabajo; sin embargo, la oposición ha dejado de hacerlo.

Las ideas de bloque de contención de la oposición, en el único frente donde pelearon que fue el Congreso, se desmoronaron solas. Desde la moratoria legislativa hasta el voto en bloque parlamentario fueron sólo amenazas. El descrédito, creciente de sus legisladores más aguerridos

Ante esta condición de pobreza política de la oposición, la gente les da la espalda, las festividades de las victorias pírricas en el Congreso las exhibieron como malos legisladores y peores políticos. La evidente inconsistencia ideológica, política, personal de los líderes de la oposición terminaron por desencantar a propios y extraños.

Los mexicanos inconformes con el actual régimen, muchos o pocos eso es lo de menos, carecen de partidos a los cuales apoyar en la oposición, lo que elevará el nivel de abstencionismo, que daña sustancialmente la solidez de la democracia, al igual que la falta de representación partidista.

La oposición en México se suicidó lentamente a lo largo de casi cuatro años, su pasividad, su confort, su falso amor por México, sus resentimientos mermaron su existencia hasta dejar en el camino las buenas intenciones y la presunta voluntad de servicio que todavía, en la tumba, aseguran tener.