PRUEBA DE ACIDO

Podrá gustar o no, pero la reunión que sostuvo el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas con los exdirigentes del otrora poderoso partido, constituyó toda una prueba de ácido que en un día lleno de inmensa presión con la firma del partido oficial con todo y su “Martes del Jaguar”, logró sortear el exgobernador campechano, aunque al frente de ese sinuoso camino, se le planta enfrente el reto del 2023, con las gubernaturas de Coahuila y la que es considerado la “joya de la corona”, el Estado de México, y esto apenas empieza.

En tal contexto, hay que recordar que la consigna que tienen en Morena es acabar con la coalición “Va por México”, habiendo mostrado tener especial interés en destruir al PRI, porque no les queda más que aceptar que el partido oficial tiene muchas más semejanzas con el tricolor, pero de hace más o menos cinco décadas, principalmente, porque tomaron las prácticas más rancias que antes censuraban y condenaban.

Ha trascendido que el cónclave priísta se llevó a cabo en términos no tan cordiales, como suele ser la palabra oficial en este tipo de reuniones, pero al final no resultó ser la “cena de negros” que muchos pronosticaban. Por ejemplo, los expresidentes del PRI también enviaron sus propias señales, así como el coordinador del tricolor en el Senado de la República, Miguel Angel Osorio Chong, al no acompañar a “Alito” a la conferencia de prensa que se realizó al final del encuentro, lo que sin duda, hubiera representado un mensaje de unidad.

El argumento de Moreno Cárdenas para decir que no se va del liderazgo priísta hasta agosto del 2023 fue contundente y no se le puede regatear: a él no lo eligió ningún presidente de la República, más bien son los aproximadamente 2 millones de votos de la militancia priísta los que lo sostienen en esa posición que rechazó dejar pese a constantes invitaciones a reflexionar.

Si bien la mayoría del grupo de los expresidentes priístas se pronunció porque su partido continúe formando parte de la coalición “Va por México, por otra parte, hay otro importante reto que tendrá que enfrentar “Alito”. Si logra obtener triunfos en Coahuila y Estado de México, permanecería al frente del PRI, pero en una posición muy distinta a la que enfrenta hoy y aunque se resistan a creerlo quienes lo denostan, de acuerdo a los especialistas, el que ahora es visto como el agonizante PRI, tiene alguna posibilidad de anotarse la entidad mexiquense, mientras que en Coahuila, el Revolucionario Institucional conserva uno de sus únicos bastiones.

Finalmente, si Morena le apuesta a enfrentar al PAN con el PRI, a la hora de escoger candidatos y a evitar que Movimiento Ciudadano pudiera incorporarse a “Va por México”, no todo está escrito.

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