Por unos olímpicos sin gente

Día tras día van cayendo competencias, torneos se cancelan, otros se aplazan y no solo cerca del lugar donde todo surgió, China, sino en diversas parte del globo terráqueo, pues en continentes como Europa, África y sobre todo Asia, han roto sus calendarios.

Ni lo anterior, ni los más de 95 mil casos de contagio en todo el mundo, ni los más de 300 reportados en Japón, ni los seis fallecimientos en sede olímpica han sido motivo suficiente para soltar la justa veraniega, ni siquiera para aplazarla, esto a pesar de que hace unos días se diera a conocer que existe una cláusula para la realización de los Juegos Olímpicos, que dice que solo tienen este año para que se hagan en tierra nipona, es decir, hay plazo hasta diciembre en el mejor de los casos.

Lo que preocupa y no solo en México, que se encuentra clasificando a la delegación más grande de la historia con 150 atletas, es que se acuda a un evento en el que por la necedad y la avaricia de unos, afecten gravemente a las mayorías y me refiero a todos los deportistas de las diversas naciones que se encuentran en una etapa de búsqueda de boletos con etiqueta olímpica.

Si bien se han llevado a cabo pláticas sobre esta postura, lo cierto es que tal como dijo el alemán Thomas Bach después de la última reunión sobre la realización de los Juegos y el coronavirus: “Ni la palabra anulación, ni la palabra aplazamiento se escuchó”.

A cinco meses del inicio del evento en el país nipón, tal parece que la integridad de los atletas se está dejando de lado, pues la inversión de 28 mil millones de dólares que se ha hecho para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 es la más grande de la historia de las justas; tan solo para la edición anterior, la de Río 2016, Brasil le metió 20 mil millones de dólares, dos más en relación con los de Londres 2012.

La más reciente competencia que se realizó en Japón fue el prestigioso Maratón de Tokio 2020, que más allá de mantener su imagen de carreras ininterrumpidas, se convirtió en un escenario para dimensionar lo que masivamente genera el Covid-19, pues con apenas 231 corredores de élite se llevó a acabo, cuando en promedio este circuito convoca a más de 38 mil personas de todas partes del planeta y que además se clasifican para otros Maratones.

“A pesar de todo”, como dice la canción, los organizadores siguen en su plan de inaugurar Tokio 2020, pero, ¿a costa de qué? ¿A caso quieren otra justa sin gente? ¿Así triste y desolada, desamparada en donde solo lucen los cubrebocas? Para esto, mejor firmen la cuarta cancelación de la historia y que se unan a Berlín 1996, Helsinki 1940 y Londres 1944.