Setenta veces siete

—Arturo en verdad te digo que serán setenta veces siete las que deberás poner la otra mejilla, pues en dos años de trabajar a mi lado no has comprendido que las declaraciones las hago yo y solamente yo— respondió el presidente a su subalterno que entre sonrojos y sonrisas nerviosas se desdijo de lo dicho un día antes sobre la importancia de utilizar cubre bocas para garantizar éxito en la reapertura económica tan ferozmente golpeada por la pandemia del coronavirus.

Arturo, el personaje antagónico de esta historia de la vida real, se apellida Herrera y es el secretario de Hacienda de México, quien en repetidas ocasiones ha sido reprendido públicamente por el presidente Andrés Manuel López Obrador por hablar de más, o, mejor dicho, por hacerlo sin consultarlo antes.

El funcionario que sustituyó en el cargo al primer titular de Hacienda, Carlos Urzúa, quien decidió brincar del barco antes de su hundimiento, ha cometido una serie de “errores” al declarar ante los medios de comunicación si la situación económica del país está bien o mal, si habrá o no apoyo a las micro y medianas empresas, si se cobraran o no más impuestos o si la economía actual requiere urgentemente de un cubre bocas para ponerse a trabajar. Su osadía le ha costado fuertes reprimendas en vivo y a todo color desde la tradicional conferencia mañanera.

La mejilla izquierda de Arturo Herrera ha recibido varias bofetadas presidenciales, tantas que ahora con sus sugerencias neoliberales de utilizar cubrebocas el primer mandatario le abofeteo la mejilla derecha no sólo desmintiéndolo, sino riéndose de su ocurrencia en presencia del hombre que supuestamente maneja los recursos de la hacienda pública.

El regaño que vieron unos cuantos miles de seguidores de López Obrador y que fue replicado minutos después en las redes sociales obligó a Arturo Herrera a decir que su declaración fue una simple analogía, que quien dicta las medidas sanitarias contra el Covid-19 es el presidente aconsejado por el epidemiólogo Hugo López Gatell convertido ahora por el dedo del Señor como político de la 4T.

Y ante todo esto muchas y muchos, incluyéndome, nos preguntamos ¿hasta cuando el joven secretario de Hacienda tendrá la dignidad suficiente para ya no poner las mejillas? A simple vista la relación entre el jefe del Ejecutivo federal y su subalterno parece más un enlace tóxico de pareja.

En mi opinión la sugerencia del titular de Hacienda para que todos los mexicanos nos pongamos cubre bocas ante la pandemia que no disminuye en lo más mínimo, con más de cuarenta y un mil muertos, en nada agredía al presidente, al contrario, muestra que dentro de la llamada cuarta transformación hay servidores públicos sensibles y preocupados ante las consecuencias que ha dejado el Covid19 tanto en contagios como en decesos.

Y por lo que veo Arturo Herrera perdonara setenta veces siete las humillaciones…