VIOLENCIA, NI CON PALABRAS

Cuando se habla de abuso o violencia, la mayoría de las personas pensamos en primer lugar todo lo que se refiere a la violencia física, sin embargo hay una violencia que al no dejar huellas físicas, pasa muchas veces desapercibida, pero que sus efectos y secuelas pueden durar toda la vida: la violencia verbal.

Violencia que ha dejado en el lenguaje de las y los mexicanos frases como “hay palabras que duelen más que los golpes”, esto como resultado de que las palabras tienen el poder de reforzar ciertos prejuicios y justificar comportamientos agresivos.

En este sentido, hay muchas expresiones cotidianas que confirman como hay hombres que en pleno Siglo XXI, en donde existe una lucha permanente por eliminar la violencia de género, siguen queriendo demostrar a partir del uso del lenguaje que los hombres son intelectual, física y moralmente superiores a las mujeres.

Uno de los hombres, que se ha empeñado en abanderar lo anterior es el expresidente de México, Vicente Fox, quien en la fecha en que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, utilizó el lenguaje escrito para referirse a Mariana Rodríguez, esposa de Samuel García, precandidato presidencial por Movimiento Ciudadano, como “…dama de compañía”, expresión que una vez más mostró de esta forma el talante machista y misógino que siempre lo ha caracterizado, ya que no es la primera vez que para referirse a las mujeres, utiliza palabras que en contexto toman un tono despectivo que no se justifica por nada.

Solo recordemos cuando, siendo presidente de la México, se le ocurrió decir “que tres de cada cuatro hogares en México contaban con una lavadora, no de dos patas o de dos piernas, sino metálica”, refiriéndose a las mujeres como “lavadoras”.

En su momento también le tocó a Tatiana Clouthier, quien cuando dejó la Secretaría de Economía, Fox expresó de ella “qué pena por el apellido”, y a Claudia Sheimbaum cuando se refirió a ella como “judía-búlgara”, en referencia a su religión.

En esta ocasión, a diferencia de las otras, Mariana Rodríguez le respondió de manera puntual en redes sociales a Fox, señalando que no era una dama de compañía, sino que era una mujer, licenciada, empresaria, esposa y madre.

“No le permito que hable así a mí, ni a ninguna otra mujer. No somos accesorios, ni objetos, ni puede faltarnos al respeto, y menos de esa forma tan vulgar”.

Y es que si bien, la expresión “dama de compañía” se utilizaba para designar a la asistente personal de una reina, princesa o alguna otra dama de la familia real, el concepto fue variando con el tiempo, actualmente como se puede encontrar en varias definiciones en internet, en algunos países este término tiene una connotación peyorativa debido a que es asociado con la prostitución, siendo usado a modo de eufemismo.

Por eso, se alzaron las voces de las mujeres que ese día estaban recordándole al mundo el ¡Ya Basta de Violencia contra las mujeres”, y se solidarizaron sin importar el color de partido, y utilizando el lenguaje como su mejor arma, una vez más dijeron que el que “Violenta a una, violenta a todas”.