Por Martha Rojas
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Margo Glantz Shapiro llega a los 90 años de edad convertida en una de las voces literarias más importantes del panorama latinoamericano actual. Su relación con el mundo de las letras, no sólo como un acto creativo sino político, es algo que heredó de su padre Jacobo Glantz, un ucraniano radicado en México.
Traductora, ensayista, docente, poeta, feminista e incluso una veterana tuitera, Glantz ha experimentado diversas facetas como docente y como escritora. En entrevista a ContraRéplica la autora precisa que luego de nueve décadas, “sería un poco triste que una persona que ha vivido 90 años tenga que ser etiquetada o encasillada en algún género”.
“Todos han sido años importantes. Me han abierto un camino que ha sido largo y difícil, pero que ha llegado a ser un camino más o menos claro, que espero siga avanzando. Así que es un poco triste que una persona que ha vivido 90 años sea etiquetada. Después de 90 años no espero que mi literatura sea encasillada en ningún género porque he tenido diversas facetas”, dice la miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.
Sin ser ajena a su herencia judía, la autora se define más bien como una entusiasta de la tradición más que de la religión. Desde su nacimiento, el 28 de enero de 1930, la vida de la escritora ha estado marcada por la peregrinación de un lugar a otro y la literatura como uno de los motivos que dan razón a su mundo. “La literatura ha sido lo más importante en mi vida, mi padre era poeta. Así que yo tengo una vocación que me surgió desde que era niña. Es mi manera de expresarme a través de la literatura y la docencia”, dice la autora de la recién reeditada novela El rastro (Almadía, 2019).
Irónica, irreverente y de una astucia que podría rayar en la soberbia, Margo Glantz explica parte de ese periplo familiar y literario en Las genealogías, una obra a la que apostaría toda su herencia como escritora.
“Yo desciendo del Génesis, no por soberbia sino por necesidad. Mis padres nacieron en una Ucrania judía muy diferente del México donde tuve suerte de ver la vida entre los gritos de los marchantes de la Merced”, escribe al inicio de la obra publicada en 1987.
La crítica literaria explica que su interés por el cuerpo lo explica desde la necesidad de describirlos desde una perspectiva femenina.
“La mujeres siempre han sido relegadas de muchos espacios, del de la literatura también. ¿Por qué cree usted que eso pasas? Afortunadamente es algo que está cambiando y espero que siga avanzando así”, agregó.
El próximo 31 de enero, la Fundación Carlos Slim le rendirá un homenaje. Por otra parte, ella realizará una celebración con sus amigos más íntimos antes de pensar a viajar a Berlín.