“Polariza” y vencerás

La conciencia política en México es bautizada por conservadores como polarización. Esta condición tiene características muy específicas que no concuerdan con la actual circunstancia en México. Lo que sucede es que había un monopolio del pensamiento político, controlado por el gobierno a través de la manipulación de los medios.

Ahora, ante la diversidad de ideas, propias de toda transformación, y la aparición de los medios en las redes, la discusión política sucede, afortunadamente hasta en los hogares mexicanos y se discute bien. No por haber diferencias se dejan de hablar, ni dejan de tener la misma sangre o se matan entre sí.

El debate en México es interpretado como una pelea de boxeo, los debates televisivos entre candidatos a puestos de elección popular tienen un ganador y un perdedor, cuando en realidad se trata de una exposición de proyectos, planes y programas de gobierno. Pero son esos mismos medios que acostumbran alterar la realidad los obligan a tener un ganador y un perdedor de un debate que no es un partido de futbol. Incluso, en el colmo de la frivolidad, han declarado empate.

La conciencia política radicaba en la reducción en las urnas y era común escuchar: “Yo no me meto en política”, “Hablar de religión y política es imposible”, etc. Es decir, en el colmo de los absurdos se hablaba más de futbol que de política en las reuniones familiares. La visión del gobierno se limitada a estar a favor o en contra. Nadie ponía atención a la política porque prácticamente estaba prohibido, como si se tratara de un conocimiento sólo para iniciados en un leguaje que nadie entendía.

La polarización en algunas ocasiones, es inducida por grupos a los que interesa dividir. Quienes quieren decir que son mayoría cuando en realidad no llegan ni a la mitad del total y al bautizar las condiciones sociales como polarización les ofrece apariencia numérica, sin tenerla.

La vieja frase “divide y vencerás”, atribuida a Julio César, y pronunciada aproximadamente 50 años antes de nuestra era, en su momento tuvo la connotación de “divide para reinar”. A la derecha le conviene una sociedad mexicana dividida, aunque esa división sea ficticia y profundizan en su mentira al grado de convertir la situación en un hecho consumado y con un culpable señalado, que todos sabemos quién es el chivo expiatorio.

Porque el Presidente se le culpa de todo desde la oposición, y la más grave, según los conservadores, es dividir a los mexicanos. La polarización de la que ellos hablan y en que ahora se vuelve plática de sobremesas y café, no es más dañina que las diferencias entre equipos de futbol o de peleas de boxeo. La polarización real es la que quieren imponer con su discurso de odio, discriminación y supremacía blanca.