Aprendamos del conflicto en Irán

El gran conocimiento transmitido por las experiencias de otros seres humanos es tan fundamental, como relativamente poco consultado en un mundo con tanto acceso a la información. Como en el poema de Cavafis, Ítaca, cuando en las últimas líneas dice: “Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado. /Así sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, / entenderás el significado de Ítaca”, pues el maravilloso poema es una gran metáfora al sentido de la vida y sus tribulaciones, con la enseñanza acumulada que deja, y se remite a la zaga homérica en referencia a Odiseo y su largo retorno de Troya.

Lo complicado del ser humano contemporáneo y su pérdida de referentes, aunado a su condición violenta si hacemos caso personalidades como Hobbes o Kant, es que “el hombre es un árbol que nace torcido y jamás sus ramas va a enderezar”, y tal parece que sus errores garantizarán, quizás, algo de enseñanza. Precisamente Kant, en su noción de “insociable sociabilidad” nos dice precisamente que de toda la negatividad humana existe la posibilidad aprender y hasta de innovar, y uno de los mayores recursos de las desgracias humanas no será otra cosa que el derecho y las instituciones que lo garantizan. No podemos negar que el orden internacional contemporáneo es heredero de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, con instituciones como la ONU, la OTAN y los Tribunales Internacionales. Todo ese progreso con los problemas que implica, no hubieran sucedido sin los desastres que las antecedieron. Hoy en día, aunque les critiquemos, ya no nos entendemos sin la existencia de semejantes constructos.

La fortuna vuelve a girar, y nuevamente la “insociable sociabilidad” se evidencia: desde el arribo de los populismos que nos remiten a los desastres de la república de Weimar, hasta el conflicto en Oriente Medio, y hoy día con Irán. El pensamiento de clara referencia ilustrada de Occidente, nos remite a la construcción de instituciones que controlen el conflicto, pero cuando hay que lidiar con una comunidad que a partir de la revolución islámica que derrocó al Shah —de claro pensamiento occidental, educado en Suiza—, establecer un vínculo comunicativo con una teocracia se vuelve tan complicado como establecerlo con un populista a la caza de votos a costa de todo, como en España y la alianza del PSOE con PODEMOS e independentistas fanáticos críticos de su orden constitucional. Los costos serán enormes, y si aprendemos del pasado, sabemos que cuando algo semejante ocurrió, el mundo no volvió a ser el mismo.