CNDH, de mal en peor

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) cumple 30 años de haberse creado. Es casi desconocido, pero su creación fue impulsada gracias a las negociaciones del TLC como consecuencia de la exigencia de los países vecinos del norte, por la existencia de autoridades regulatorias en México en materia de competencia económica, propiedad industrial y respeto a derechos fundamentales.

Si bien nació como un órgano descentralizado, fue hasta el 13 de septiembre de 1999, cuando a ésta se le otorgó autonomía constitucional durante la gestión de la Dra. Mireille Roccatti, quien cabe destacar fue la primera mujer en presidir ese organismo, incorporándose como un órgano constitucional autónomo en el texto del apartado B del artículo 102 de la Constitución.

Siendo CNDH uno de los organismos más caros del mundo en materia de protección a los derechos humanos, con un presupuesto medianamente similar al del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, a pesar de su gran historia y trascendencia, y con poco más de 1,400 millones de pesos anuales de presupuesto, la Comisión, lleva años sumida en decadencia.

Y es que pareciera que el Senado de la República, órgano competente para la designación del ombudsperson, se esfuerza cada quinquenio para nombrar a un titular mucho peor que el anterior. Basta con recordar las últimas tres gestiones.

La desastrosa gestión de Raúl Plascencia Villanueva será recordada por ser la primera vez en la que “el defensor del pueblo” fuera objeto de demandas de amparo por quejosos que consideraban que su omisión de acción y recomendaciones vulneraban sus derechos. Plascencia, quien intentó reelegirse sin éxito por considerarse un ombudsman cómodo al régimen panista, concluyó en medio de un escándalo por la construcción de una residencia a nombre de su esposa en Jardines del Pedregal, valuada en poco más de 20 millones de pesos.

Lo substituiría el priista Luis Raúl González Pérez, famoso por haber sido el hombre de confianza de Salinas de Gortari para dar carpetazo al homicidio de Luis Donaldo Colosio justificando la teoría del asesino solitario tras su paso como fiscal especial para el caso en la extinta PGR. Fueron la simulación, además de su grisura y cuestionable capacidad técnica, el distintivo de su mal lograda gestión, caracterizada además por la escasa emisión de recomendaciones, y concluyendo con una muy cuestionable investigación sobre la desaparición de los 43 de Ayotzinapa.

Cuando se pensaba que era imposible que el organismo estuviera peor, un accidentado proceso de designación nuevamente marcaría el fracaso del organismo. La elección de Rosario Piedra Ibarra, hija de la emblemática activista, estuvo llena de irregularidades (mismas que aún están en litigio), y sus casi dos años de una gestión politizada y alineada (nuevamente) al régimen en turno, lastimosamente hacen brillar la gestión de sus predecesores.

La existencia de la CNDH es indispensable para el Estado de Derecho Mexicano, sin embargo, es un órgano que sufre de un anacronismo regulatorio y de gestión que exige una profunda transformación. ¿Podrá la 4T, en su espíritu transformador, rescatar al organismo? Es más factible esperar que él o la próxima ombudsperson, sea “menos peor”.