José, un comerciante con 30 años de experiencia en la venta de ropa de mezclilla, relata cómo, hace dos años, perdió su local en Mixcalco, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, tras no poder competir con la oferta de comerciantes asiáticos que ofrecieron el triple del alquiler que él pagaba, además de abonar tres años de renta por adelantado. "Desde hace más de tres años estamos totalmente en manos chinas", lamenta José, quien tuvo que reducir su plantilla de 20 empleados a solo cinco.
Este fenómeno de desplazamiento forzado se ha extendido por todo el Centro Histórico, donde cada vez es más común ver a comerciantes chinos ocupando los espacios estratégicos que antes pertenecían a mexicanos. Calles como Miguel Alemán, San Antonio Tomatlán, Rodríguez Puebla, Lecumberri y Leonora Vicario son ahora puntos clave donde se comercializan grandes volúmenes de mercancía proveniente de China. En estas calles, es habitual observar a diableros transportando bultos verdes con la etiqueta "Made in China", mientras que locales custodiados por seguridad privada son operados por personas de origen asiático, con trabajadores mexicanos atendiendo a los clientes.
Francisco Javier, otro comerciante de pantalones de mezclilla con 50 años en el negocio, describe cómo ha resistido la embestida de la competencia extranjera, pese a una reducción del 60% en sus ventas. "Los chinos llegan con ofertas atractivas para los dueños de los locales, provocando un desplazamiento forzado", explica.
Alberto Ruiz Rojas, agente aduanal y secretario de la Comisión de Comercio Exterior del Colegio de Servidores Públicos de México, señala que este fenómeno tiene raíces en prácticas legales como las subvenciones gubernamentales a los exportadores, el dumping depredatorio y la subvaluación de mercancías. "Este fenómeno es un reto multidisciplinario que involucra a Hacienda, al SAT, a la Agencia Nacional de Aduanas de México, a la Secretaría de Economía y a los gobiernos estatales para combatir la informalidad", afirma Ruiz Rojas, subrayando la necesidad de una coordinación integral para enfrentar este desafío.
Foto por Cuarto Oscuro