México se convertirá en un “basurero automotriz” con la firma del acuerdo con el que se regularizarán los “autos chocolate” como anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) señaló que ese acuerdo es dar un cheque en blanco a la delincuencia y asentar un duro golpe a la industria automotriz nacional.
“Hoy quien cumple con lo estipulado puede introducir legalmente un auto a México; aunque el problema radica en el ingreso ilegal, que además de que representa un acto de evasión fiscal, es un delito a través del cual se benefician organizaciones criminales, grupos que promueven la corrupción e incluso la comisión de otros delitos mediante la utilización de esos vehículos”, asentó.
Explico que regularizar esos autos va contra la recuperación del país, puede provocar una caída de las ventas del mercado nacional de autos, y es dar un “cheque en blanco a la delincuencia”, porque hay mafias que se dedican al contrabando de autos.
“Es un atentado contra las empresas y los empleos en México en un afán de conquista de simpatías o aprobación política”, dijo el organismo.
Detalló que “la legalización indiscriminada es un golpe al sector automotriz en uno de sus momentos más adversos”, sobre todo si se considera que de enero a septiembre de 2021 las ventas de autos ligeros están 20.7% por debajo de 2019, mientras que la producción total de vehículos ligeros está 23.8% por debajo de los niveles previo a la pandemia y, tan solo la producción registrada en septiembre 2021 fue la más baja para un mes similar desde 2010.
Por su parte, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) advierte que la regularización de los autos chocolate implica una caída del 39% en las ventas del mercado nacional.
“Una medida así afectaría las finanzas públicas por una caída en la recaudación, puesto que por un lado, ante los recortes en la producción que se tendrían que hacer por una menor demanda de autos nacionales, los fabricantes dejarían de pagar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto Sobre la Renta (ISR)”.
Por otro lado habría una contracción en la captación del Impuesto Sobre Autos Nuevos (ISAN), que es un gravamen que los compradores de vehículos nuevos tienen que pagar y que en 2020, logró recaudar poco más de 11 mil millones de pesos por este concepto, agregó Coparmex.
Además de ello, la entrada de autos usados impactará el medio ambiente y a la seguridad de las personas, porque “al ser vehículos de desecho o con antecedentes de siniestro en su país de origen, no garantizan los estándares mínimos de seguridad vehicular como son frenos de seguridad ABS, bolsas de aire o sistemas de retención infantil”.
La Confederación pidió a la autoridad “respetar y hacer respetar la ley y las medidas regulatorias que este mismo gobierno ha emitido. La regularización de los vehículos de contrabando es convertir a México en un basurero automotriz”.
Foto Cuartoscuro.