Desconexión digital en épocas de hiperconectividad

Como contexto, tengamos presente que, de acuerdo con el estudio de Microsoft Surface en México, 7 de cada 10 mexicanos utilizan su computadora personal diariamente y el 51% aumentó su uso ante el teletrabajo o administración de negocios, llegando muchas personas a utilizarla hasta por 10 horas diarias.

Y aunque el trabajo a distancia tiene sus beneficios, de los cuales he hablado en otras colaboraciones, también es cierto que esta hiperconexión, especialmente en el ámbito laboral, ha dificultado el establecimiento de límites y ha implicado la pérdida de la dimensión del horario de trabajo, asumiéndose erróneamente que los colaboradores están disponibles las 24 horas, los 7 días de la semana.

Por ello, es indispensable hablar de desconexión digital, que no es otra cosa que el derecho que tiene un trabajador de poder desconectarse del trabajo y abstenerse de contestar correos o mensajes, o de participar en llamadas o cualquier tipo de comunicación electrónica vinculante con su trabajo fuera de horarios laborales.

Pero parece ser que la desconexión no es una realidad que muchos empleadores vean factible, así lo revelan datos del Termómetro Laboral OCC Mundial, donde el 64% de las empresas del país informaron que era difícil respetar este derecho para algunos puestos; 31% comentó que no sería complicado y el 5% restante argumentó que este derecho tendría un efecto negativo en los resultados empresariales.

Independientemente de las opiniones, la obligatoriedad de respetar el derecho a la desconexión está próximo a ser una realidad, pues recientemente el Senado aprobó una modificación a la Ley Federal del Trabajo, adicionando un artículo para regular este derecho, y actualmente se encuentra en la Cámara de Diputados.

Así que, más allá de captar las opiniones de los empleadores sobre pérdidas o resultados de productividad, debemos recordar que se trata de un derecho humano y lo importante será llevarlo a la práctica, autogestionando las actividades laborales.

Desconectarnos de nuestras labores en horas y días inhábiles trae beneficios, pues de acuerdo con el Grupo Altavista, permitirá mantener un equilibrio entre la vida personal y profesional; tendremos una mejor calidad de vida, lo que incrementa nuestra productividad; mejorará el estado de ánimo y la motivación de los empleados; así como combatir el agotamiento digital. De no hacerlo, existe la posibilidad de desarrollar trastornos de ansiedad y estrés laboral que puede afectar nuestra salud en general.

Sin embargo, lograrlo implica disciplina, así como establecer límites como trabajador, pero también implementar mecanismos para que los empleadores respeten este derecho, como desactivar las notificaciones y acordar políticas específicas para situaciones de emergencia.

Cambiar las ideologías empresariales y de instituciones públicas es indispensable para garantizar los derechos laborales y el equilibrio de la vida personal con la laboral, sin embargo, como trabajadores nos toca definir las fronteras entre lo laboral y lo personal. Con ello, hagamos lo que nos corresponde.