El México que nos dejará la pandemia

El gobierno contempla apoyos sociales. Se ha dicho que serán dos millones de créditos de 25 mil pesos cada uno, los que podrán solicitar desde taxistas hasta comerciantes informales, y comenzar a pagarlos a los tres meses.

También se ha dicho que una gran parte de los mexicanos, un 70 por ciento, recibirá ayuda, “de abajo para arriba”; desde los más pobres hasta empresarios. No se aclararon los cómos, pero se aseguró que nadie se quedará sin comer, ni sin recursos para lo más básico.

Sería bueno que así fuera, que para el último trimestre de este inolvidable 2020, la economía de las personas comunes mejorara para poder pagar esos préstamos, y la economía no sólo se reactive, sino que crezca.

¿Cómo estaremos para fin de año? ¿Habrá más pobres? ¿Se creará más trabajo?

Esas son preguntas cuyas respuestas están en el aire, pues no hay certeza de nada, ni siquiera de que el confinamiento culmine como se pronostica en la segunda semana de mayo para algunos, y en junio para otros, pues todo debe tomarse con cautela, las cifras, las previsiones.

Eso es con base en lo que ha ido sucediendo en varios países obligados a alargar el confinamiento social. Reino Unido ha tenido que virar en sus pronósticos de poder contener pronto el brote de enfermos por Covid-19. Uno de sus asesores científicos de dicho país, Patrick Vallance, terminó por decir una frase que gobiernos y gobernados debemos tener presente: “Poner plazos absolutos en las cosas no es posible”.

Así es que pensar que a mediados de mayo se tendrá la mayor curvatura en la gráfica de contagios, y regresar a clases el 1 de junio parece complicado de lograr. Nuevamente hay que colocar un “ojalá”.

Es por ello que se debe tener contemplado que todo puede suceder, y que esta novedosa situación nos da lecciones cada día, como el que las personas portadoras de VIH medicadas corren menos riesgo que aquellas que tienen obesidad, pandemia imparable en México.

Esta última situación nos lleva a otra reflexión, la de qué nos dejará el coronavirus, que pueden ser muchas cosas penosas, con los casos de seres queridos que pudieran sucumbir ante la enfermedad, pero otras para considerar de manera positiva. Por ejemplo: en mejorar nuestra alimentación y hacer ejercicio, en el hábito del ahorro, en conservar ese aseo e higiene en todo, en ocupar el tiempo en proyectos propios, en la convivencia con los amigos y familiares que hemos dejado de ver y abrazar, en cuidar el medio ambiente que en varias partes del mundo la naturaleza está agradeciendo, en estudiar vía remota, pues Internet está lleno de miles de cursos gratuitos de todo tipo, de pasarla en familia, de hacer tarea con los niños, de jugar, quizás de echar un ojo a quienes son nuestros vecinos, encontrarnos con nuestros talentos. En reinventarnos como individuos y como sociedad.