LAS TAPADERAS

Una nueva crisis se vive en Morena y no puede atribuírsele solamente al “fuego amigo” que ha sido signo distintivo de este instituto político y que se incrementa en la cuenta regresiva electoral, sino porque tarde o temprano terminan por salir a la luz, antecedentes de integrantes de la cúpula morenista que se creían tan incólumes como transparentes y en esta ocasión, tienen nombre y apellido: Layda Sansores Sanromán.

Muy difundidos han sido los videos en los que aparecen integrantes del gabinete de la gobernadora de Campeche como el jefe de la Oficina de la mandataria estatal, Armando Toledo; el secretario de Educación local, Raúl Pozos Lanz y la senadora Rocío Abreu, recibiendo fajos de billetes de 500 pesos.

Las contradicciones en las que han caído cada uno de estos funcionarios así como la legisladora, no se hicieron esperar y hasta la propia gobernadora, en una emisión más del “Martes del Jaguar”, inventaron que por aquellas tierras se maneja efectivo en razón a las muchas demandas que cotidianamente expone la población, especialmente campesinos y pescadores que viven en zonas muy alejadas de algún banco.

El propio exsenador Pozos Lanz subió a sus redes un video en el que atribuye todo este nuevo escándalo a una campaña negra, “una guerra sucia que intenta de nuevo detener los avances de la Cuarta Transformación en México” y por todos los medios trató de deslindar a Layda Sansores, señalando que “ella siempre ha demostrado su apego a la legalidad como candidata y como nuestra gobernadora”.

Es obvio que con cada uno de estos conflictos, el liderazgo de Mario Martín Delgado al frente de Morena, se tambalea, situación que no está dispuesto a seguir soportando, por eso pidió que se investigue a quienes están involucrados en este conflicto al seno del partido oficial, con lo que el dirigente se deslinda de los colaboradores y cercanos a Sansores Sanromán y todo indica, estaría dispuesto a entregarlos primero, antes de que su cabeza pudiera estar en riesgo.

Delgado sostuvo que Morena no será “tapadera de nadie” y por esa razón, no protegerá a ningún miembro de dicho partido que incurra en actos de corrupción.

Un reto sin duda muy difícil se ha autoimpuesto el dirigente morenista por varias razones. En primer lugar porque los escándalos y conflictos internos continuarán y se acentuarán cada día más, así que no podrá estarse deslindando cada vez que un escándalo estalle. Como líder, Mario Delgado debería demostrar más bien que cuenta con la capacidad de liderazgo suficiente como para manejar estos conflictos y negociar para evitar que las crisis sigan un día sí y al otro también.

Por lo que respecta a la gobernadora campechana, la defensa de sus colaboradores poco ha podido hacer a su favor.

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