La maquinaria que se avecina en Chiapas

A menos de diez días de que Eduardo Ramírez, presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la fracción mayoritaria- solicite licencia- el ciclo legislativo vivirá el fin de su periodo. O sea, se cerrará un semestre muy productivo y, de paso, el curso de un liderazgo que dejará un gran legado en el Senado de la República. Hablamos del actual precandidato único de Morena a la gubernatura de Chiapas y, con esa lógica, futuro mandatario de aquella entidad del sur. De hecho, con la bandera del lopezobradorismo, el partido guinda, de acuerdo con los ejercicios de evaluación, tiene más del 50% de intención del voto.

Hay datos que, en ese sentido, muestran una radiografía de la perspectiva social que exponen el aumento de la intención del voto con la designación de Eduardo Ramírez. Sobre esa premisa, hay registros muy interesantes que dio a conocer la más reciente encuesta de Campaigns & Elections, que se publicó el pasado martes. Incluso, se asume como una realidad semejante a todos los estudios. La clave de ello, claro está, radica en la perseverancia de lucha del Jaguar Negro en aquella entidad. Esas causalidades lo llevaron a construir las condiciones y, con ello, la fuerza política que acumuló no de ahora, sino de muchos años que, con plenitud, se entregó a la causa progresista.

Es, sin temor a equivocarme, un ejercicio que no tendrá ningún contratiempo para sacar adelante. Eduardo Ramírez ganará el proceso de transición en Chiapas y, con ello, se convertirá en el futuro gobernador. La encuesta de Campaigns & Elections, lo coloca con gran ventaja sobre cualquiera que sea el competidor del Frente Amplio por México. Incluso, la proporción del voto es ligeramente superior a la que Sheinbaum ha captado en intención de voluntades en Chiapas. El candidato de Morena- que será el Jaguar Negro- cuenta con una ponderación del 55%. Le saca, ni más ni menos, 30 puntos de margen al Frente por México. Todo indica que, ante lo inminente, el lopezobradorismo será una aplanadora en aquella entidad del sur.

Fue determinante y decisivo, lo dijimos en su momento, la designación de Eduardo Ramírez, como coordinador de la defensa del voto en Chiapas. Él, de hecho, está garantizando el profundizar las políticas públicas de la Cuarta Transformación. En efecto, esa perseverancia que siempre encabezó fue la que hilvanó su triunfo contundente en la encuesta interna de Morena. Demostró ser, en todo momento, el perfil ideal que, a su vez, apuntalará los trabajos territoriales de Claudia Sheinbaum, que, como sabemos, también arrasará en tierras chiapanecas con más del 50% de la intención del voto a su favor. No hay mejor prueba que las mismas metodologías que a diario circulan en la opinión pública.

Todas, desde luego, ponen en la cima a Eduardo Ramírez y Claudia Sheinbaum en Chiapas. O sea, el pueblo del sur del país ha procesado la decisión de su voto. El propio coordinador de los Senadores, en ese sentido, tiene claro la nueva encomienda que tendrá después de solicitar licencia como legislador. De entrada, cuenta con un equipo sumamente capaz que, no tengo duda, será elemental. Muchos de los liderazgos, incluso, lo acompañan en este momento desde la Cámara Alta. Ellos, por supuesto, son piezas claves del engranaje que, en este nuevo camino, serán un gran pilar no solo en las estrategias y mecanismos para apuntalar las directrices, sino fundamentales en el trabajo de base.

Y como la lógica apunta a una sola dirección, Eduardo Ramírez tendrá tiempo suficiente para ir armando el cuadro titular o, mejor dicho, la plataforma estratégica que lo acompañará en sus recorridos. O sea, su equipo de precampaña. De ese mismo modo, otro de los propósitos fundamentales es, de manera paralela, construir el proyecto de gobierno para los próximos seis años de administración desde el poder público del estado. Es decir, como futuro gobernador constitucional.

Digamos que, en ese sentido, pasó la prueba de fuego que fue superar el proceso interno de Morena, pues las condiciones, para lo demás, las ha ido construyendo Eduardo Ramírez desde hace muchos años, al ser un impulsor de la transformación en el sur del país y, de paso, en el Senado de la República, donde dejará un gran legado de entrega.