Los 7 antimonumentos de la CDMX expresan “¡Ya basta!” 

alondra.espinoza@contrareplica.mx

La Ciudad de México es considerada como la ciudad de los palacios debido a que alberga joyas arquitectónicas que llaman la atención de los turistas que la visitan, pero los recientes acontecimientos de inseguridad, violencia, feminicidios, desaparición forzada o tragedias han llevado a los familiares de las víctimas a levantar antimonumentos que tienen como objetivo dejar memoria viva de las crisis que enfrentan los mexicanos, así como ser una representación simbólica que apela a la justicia y reparación del daño, en algunos de los sitios más importantes, como el Paseo de la Reforma.

“Lo que es importante es dejar simbolizado el basta, eso es lo que representa. Es muy importante para la sociedad tener antimonumentos. Ahora que estuve en Chihuahua, saliendo del Palacio de Gobierno, enfrente hay un parque y uno sale y hay muchas esculturas que dicen la enorme indignación de la sociedad de la manera más sobria en el tema de asesinados y sobre todo de asesinadas en Chihuahua, incluso hay una placa de bronce que dice aquí mataron a tal persona. No está nada vandalizado, evidentemente nadie se atreve a tocarlo. Eso quiere decir que duele, que pulsa, que se está expresando un basta”, explicó para ContraRéplica la doctora Gabriela Mota Botello, especialista en Psicología social, Comunicación colectiva y Política de la UNAM.

Estas estructuras que han peleado los espacios urbanos capitalinos se comenzaron a instalar desde el 2015, y a la fecha se han levantado siete piezas a manera de protesta.

El más reciente fue colocado el pasado 21 de febrero en el Zócalo, por el asesinato de Samir Flores, un activista que se oponía a un proyecto eléctrico del Gobierno federal, hace un año.

El primer antimonumento instalado fue a raíz de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en 2014. Desde entonces la CDMX se convirtió en un punto de reunión para exigir justicia.

Pero no fue hasta abril de 2015 que los padres de los normalistas instalaron en el cruce de Paseo de la Reforma y Bucareli, una pieza gigante con el signo de más y un 43, con una placa que reza “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

Otra de las tragedias que también causaron indignación para las víctimas y la población fue el incendio en la Guardería ABC, el 5 de junio de 2009, en Hermosillo, Sonora, ya que acabó con la vida de 49 niños y dejó con severas lesiones a otros 109.

Ante ello, en el marco de su octavo aniversario, en 2017, los papás de los pequeños que fallecieron instalaron una estructura rodeada de zapatitos de sus hijos afuera de las oficinas centrales del IMSS.

Una de las piezas más recientes en instalarse y que representa la preocupante situación que viven las mujeres y niñas en el país a causa de los feminicidios, el antimonumento Ni una más, en avenida Juárez frente al Palacio de Bellas Artes.

Fue instalado por colectivos de familias de mujeres víctimas de violencia y desaparición el 8 de marzo de 2019, en el marco de la conmemoración del Día de la Mujer, y tiene la leyenda “En México 9 mujeres son asesinadas al día”.

Con los recientes asesinatos de Ingrid y Fátima, dicha estructura se convirtió en otro espacio para que algunos honrarán su memoria con carteles, fotos, peluches y hasta poemas.

“Qué pasa con el símbolo icónico de un antimonumento, hay respeto como quiera que sea ahí está, eso simboliza. No basta con ser efímero, pero aunque fuera efímero, eso ya representa algo. Un gobierno que escucha tiene que estar atento a esto, y un gobierno que no escucha sabe que esto pasa y lo va a dejar pasar. Ese es el problema, que no basta, hay que tratar que este sea el vehículo para abrir nuevos conductos y desarrollar nuevas estrategias”, señaló la especialista.

Algunas consideraciones semiclandestinas para colocar un antimonumento que son estudiar rutas y el espacio designado para su instalación. Además, no se pide permiso a autoridades ni gobiernos. Se asume como una acción civil a la que se tiene derecho.