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Mujeres y Paz

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Entornos martes 08 de marzo de 2022 -

“Solo le pido a Dios, que la guerra no me sea indiferente, es un monstruo grande y pisa fuerte, toda la pobre inocencia de la gente” en voz de Mercedes Sosa

El Día Internacional de la Mujer es una fecha que se conmemora en pie de lucha por nuestros derechos y que también sirve para rememorar los logros feministas.

Como aquél emblemático “pan y rosas” de Estados Unidos, utilizado para exigir mejores condiciones laborales y salarios dignos para las mujeres, así como el sufragio femenino; hasta el “pan y paz” de las manifestaciones de mujeres rusas en la revolución de 1917, que exigieron mejores condiciones laborales, alimenticias y el cese a la violencia que tantos muertos dejó, logrando el voto femenino.

De alguna forma, pareciera que estos emblemas resurgen, que a manera de Cien Años de Soledad, convierten al tiempo en un ciclo sin fin en el que las exigencias conquistadas parecen repetirse.

Precisamente, a más de cien años, con guerras que se difunden por “relevancia” mediática, alrededor del mundo seguimos clamando “queremos pan, pero también rosas y, sobre todo paz”.

En esta ocasión, la sede es aquella que reporta las principales víctimas de la trata de personas en Europa, no de ahora si no de décadas atrás; donde a partir de hace 8 años, prevalece la discriminación entre la población dividida por zonas parlantes; y donde hoy, el racismo hace su aparición en los desplazamientos humanos que este conflicto ha dejado, ante la huida de una guerra que hasta hace unos días tomó los reflectores.

Ya desde 2020, Amnistía Internacional publicó en su “Informe sobre la violencia doméstica y sexual en contra de las mujeres en el Este de Ucrania” que, en las regiones de Donetsk y Lugansk existían 2.7 millones de personas afectadas por este conflicto, de las cuales 2 millones eran mujeres, niños y adultos mayores.

Aunado a esto, la violencia contra las mujeres aumentó, tanto por parte de los actores estatales como no estatales y el 79% de las mujeres con parejas que lucharon en el conflicto sufrieron violencia doméstica por parte de su pareja, a diferencia de un 58% de mujeres cuyas parejas no pelearon en el conflicto.
No cabe duda, que los conflictos armados aumentan los estereotipos y la violencia en contra de las mujeres, pero ¿cuáles son entonces, los avances, en tiempos de “paz”? ¿Qué tan pacíficamente vivimos las mujeres cuando no hay guerra?

Sabemos que, a pesar de ser poco más de la mitad de la población mundial y del país, la representación en las más altas esferas públicas y privadas no guarda relación con la ocupada por los varones; la propiedad de la tierra y por ende, de los recursos de todo tipo siguen siendo considerablemente más bajos que la de los hombres; y día a día se nos sigue “cosificando“ de manera sexual para el placer de los “caballeros”, a tal punto, que seguimos exigiendo respeto y clamando por preservar derechos tan básicos como la libertad sexual y la vida.

Tan es así que, durante 2021, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó 21,188 violaciones en contra de mujeres y 969 feminicidios en el país, 235% más que los 412 registrados en 2015.

Delito cuyas cifras se actualizan a 75 tan sólo en enero de este año, números más altos que los pasados meses de septiembre, octubre y noviembre.

Además de que de acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), existen 25 alertas de género en 22 estados del país, abarcando 642 municipios, en los que, hasta finales de 2021 solo el 9% de las medidas recomendadas fueron cumplidas a cabalidad.

Pero en la tan innovadora Ciudad de los derechos no nos quedamos atrás, pues desde noviembre de 2019 se lanzó la alerta y a poco más de dos años después, se han registrado 11 feminicidios únicamente durante los primeros dos meses de este 2022, la sexta parte del total reportado durante todo 2021.

Pero no todo está perdido, pues si bien el número de feminicidios va al alza, el Gobierno capitalino presume su política de cero impunidad, pues de diciembre de 2019 a octubre de 2021, se vinculó a proceso a 7,110 agresores de mujeres, siendo 77 de ellos feminicidas, 175% más de los 28 feminicidas vinculados en 2019.

Porque podrán seguir matando mujeres, pero no quedarán impunes, lo que, sin duda, nos da mayor protección a las mujeres para salir a la calle y un gran consuelo y reparación del daño para familiares de las víctimas.

Sin duda, luchar por los derechos de las mujeres que también beneficien al planeta es indispensable para generar la sostenibilidad de los recursos, pero tampoco podemos apartar la mirada y dejar de avanzar en aquellos que existen de en el papel, como la distribución de los recursos, la integridad física y sexual y hasta la vida, pero que, de facto, sabemos que faltan más acciones contundentes y cambios de paradigmas para hacerlos efectivos. Para que nadie más tenga que implorar por paz. Por todo ello, este #8M me inclino por gritar: ¡Mujeres y Paz!

Elizabeth Albarrán Martínez Abogada por la UNAM y Maestra en Transparencia y Datos Personales por la UDG. Colaboradora de Integridad Ciudadana A.C. @EstherAlbarran3 @integridad_AC


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JA/CR

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