Obtiene amparo para vacunar a menor y viraliza documento para que sea usado

Carolina Espina

Su semblante era tranquilo, pero estaba emocionado porque sabía que enfrentaría a uno de sus mayores miedos, no solo por el piquete de la aguja, sino porque sabía que, al ser vacunado, tendría menos posibilidades de enfermarse. Fue el primero de la lista y con pasos lentos ingresó al salón establecido en la Escuela de Medicina para recibir la primera dosis contra el Covid-19.

Maximiliano Ruiz Franco, de 12 años, fue el primer niño oaxaqueño en recibir la primera dosis de la vacuna Pfizer, luego del amparo interpuesto por su madre, la abogada Alma Franco Vargas, quien, tras mes y medio de lucha, logró que no solo su hijo, sino 18 menores más, recibieran la vacuna en Oaxaca.

“Yo pensaba llevarme a mi hijo a EU para que lo vacunaran, pero el mismo miedo de no saber qué va a pasar me obligó a pensar en otras alternativas y al tener conocimiento de las leyes, creí que lo mejor era apegarme a estas para lograr que se le brindara este derecho”.

Satisfecha por el éxito logrado y porque pudo establecer un precedente a nivel nacional, Alma Franco señala que no fue fácil lograr la inoculación para los niños de Oaxaca, ya que, tras varios días de trabajo, fue el 2 de agosto cuando les fue otorgada la suspensión de plano y oficio que determinaba que los niños deberían ser vacunados.

“Al lograrlo, de manera solidaria decidí regalar la demanda de amparo a nivel nacional, di mi correo electrónico, lo puse en mis redes sociales para que cualquier padre de familia pudiera utilizarlo, amigos y conocidos me hicieron ver que fue un gran apoyo porque sirvió para que muchos niños más pudieran ser inoculados”.

Señaló que tras decidir emprender una lucha legal para que su hijo recibiera la vacuna y tras todos los obstáculos administrativos que tuvo que enfrentar a nivel nacional, incluso los comentarios que realizara el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, en el sentido de que una vacuna a un niño le quita la oportunidad a un adulto mayor, la abogada sostuvo que intercambió la vacuna por la de su hijo.

“Hasta el momento yo no me he vacunado, porque sí el señor Gatell dice que le quita la vacuna a un adulto entonces yo le di la mía, aunque con una de adulto se vacunan tres niños. Y sí tengo miedo de enfermarme, porque es normal, pero yo doy la vida por mis hijos, así que prefiero la vacuna para ellos”.

Madre de Emiliano, de 12 años y Jorge, de 10, Alma Franco lamenta que se tenga que llegar a estos extremos para que se tengan que reconocer los derechos humanos de los niños, pero vale la pena intentarlo. “Ojalá en breve ya tengamos la vacuna universal para los menores, mientras, quienes tengan la intención podemos hacer el trámite para lograrlo”.

Mencionó que, hasta el momento, Maximiliano no ha tenido ningún síntoma ni consecuencia de la vacuna, sin embargo, aún sigue pendiente de la salud y el ánimo del menor, ya que en algunos días más iniciará las clases presenciales, situación que también lo tiene con sentimientos encontrados.

Finalmente, estableció que la lucha emprendida no solo fue de ella sino de toda su familia, ya que cada uno contribuyó a este éxito, sin dejar a un lado el apoyo administrativo de la Secretaría de Salud, quien al final estuvo pendiente de que se les brindaran las facilidades para que los niños fueran vacunados.

“Los últimos minutos fueron estresantes, porque una autoridad federal quería frenarnos con un pretexto tonto, pero gracias al doctor Diego Miguel, de la Secretaría de Salud, pudimos sacar los documentos a tiempo y los 18 niños fueron vacunados, además felices porque este próximo viernes se vacunan 18 más”.