Suman casi 70 mil casos de contagio y 1,760 muertos

Durante el fin de semana las nuevas cifras de contagio de coronavirus parecían imparables: el jueves la Comisión Nacional de Salud de China reportó 14,840 nuevos casos, el viernes el conteo aumentó en 5,090 casos y el sábado el reporte arrojó 5,437 nuevos casos y ayer …, después de que la semana pasada las nuevas cifras de contagio diaria se mantenían por debajo de los tres mil casos. ¿La razón?

El gobierno de China cambió la manera en que diagnostica a los pacientes: antes sólo eran incluidos en las estadísticas los pacientes que obtenían resultados positivos en las pruebas del nuevo virus; ahora, las cifras parecen incluir a cualquiera que tenga una tomografía computarizada que muestre un patrón indicador de neumonía en sus pulmones.

Este nuevo método de conteo no cuenta con la aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual alertó que las cifras más elevadas de casos, dijo, “no representan un cambio significativo en la trayectoria del brote”.

“Para fines de concordancia, aquí se reporta sólo el número de casos confirmados en un laboratorio”, declaró la organización en un informe sobre la situación sanitaria. “La OMS ha solicitado formalmente información adicional sobre los casos diagnosticados mediante métodos clínicos, en particular si estos han ocurrido en el transcurso del brote y si hubo casos sospechosos que se reclasificaron como casos diagnosticados con métodos clínicos”, agregó.

El hermetismo del gobierno chino en la trasmisión de información ha generado rumores sobre el “maquillaje” de las cifras oficiales de contagiados de coronavirus.

“Es concebible, aunque no me parece que el maquillaje sea extenso, ya que las cifras se comportan hasta ahora, con lo que sabemos, más o menos de acuerdo a lo que los modelos de predicción indican. Los números de hecho son mucho más grandes que los arrojados por el SARS hace 17 años: 7 veces el número de casos, en una tercera parte del tiempo”, explicó a ContraRéplica Alfonso Araujo, un mexicano residenciado en China desde hace 20 años.

Desde China, Fang Bin o Chen Qiushi reportaban como “periodistas ciudadanos”, en dónde compartían “la realidad” de lo que está ocurriendo en China, pero están desaparecidos desde el viernes. Ambos publicaron videos en Internet, compartieron fotos y testimonios dramáticos de aquella urbe de la que nadie puede entrar ni salir.

Según Patrick Poon, investigador en Amnistía Internacional, aún no estaba claro si Chen o Fang "habían sido llevados por la policía o puestos bajo cuarentena forzada".

"El autoritario gobierno chino tiene un historial de acoso y detención de ciudadanos por decir la verdad o por criticar a las autoridades durante emergencias públicas, por ejemplo, durante la del SARS en 2003, el terremoto de Wenchuan en 2008, el choque de trenes de Wenzhou en 2011 y la explosión química de Tianjin en 2015", declaró Yaqiu Wang, representante de Human Right Watch, para la BBC.