“La danza no tiene género”

Martha.rojas@contrareplica.mx

Luis Sánchez es el único bailarín mexicano con maestría en Irish Traditional Dance Performance y el próximo 8 de febrero hará gala de su talento en el Auditorio Nacional con la presentación del show internacional Dangerous Games.

La famosa compañía Lord of Dance presentará un espectáculo que retoma la cultura y el baile tradicional de Irlanda para ayudar a diversas causas benéficas apoyadas por ORT México, PROED y Reintegra.

Aunque la gira, que ya recorrió más de 20 países, se presentará por primera vez en México por motivos altruistas, para Luis Sánchez representa una oportunidad de promocionar una cultura poco conocida en nuestro país y una manera de demostrar que la danza no tiene género.

Convencido de que el baile irlandés era su destino, el originario de Guadalajara se embarcó en una aventura que lo llevaría a Dublín por seis meses, pero que terminaron convirtiéndose en ocho años.

“Cuando yo conocí la danza irlandesa tenía 12 años. Inmediatamente quedé maravillado, pero en ese entonces en México no había ninguna academia que la enseñara así que me acerqué al tap que es lo más cercano. Tiempo después me fui a Dublín en donde estudié la licenciatura y luego una maestría. Hace tres años regresé a México y monté una academia en Guadalajara, pero es difícil ver que alguien renuncia o se aleja de algo que ama por miedo al bullying”, expresó el bailarín en entrevista a ContraRéplica.

Para el tapatío uno de los mayores problemas que enfrenta la danza en el panorama general es la brecha de género y las pocas expectativas de profesionalización.

“Cuando comencé a enseñar me di cuenta de que habían muchas niñas. En general en el ballet, la danza contemporánea abundan las niñas, pero es muy complicado encontrar niños. En parte es porque las mamás ven la danza como una actividad de recreación no pensada para varones y también porque los niños que se atreven a hacerlo sufren bullying. En los últimos años México ha crecido mucho respecto a la danza, pero nos hace falta romper prejuicios. Es difícil encontrar bailarines hombres porque les da pena decir que bailan o porque se burlan de ellos. Es triste que veamos a personas siendo felices con la danza y frenándose por ideologías. La danza no tiene género”, explicó.

El tapatío aseguró que estaba en busca de niños de entre seis y 14 años de edad puesto que su interés es promocionar una disciplina poco conocida además de ayudarlos a experimentar otro tipo de sensaciones.