Columnas
La construcción de tejido social, la vida en comunidad, la toma colectiva de decisiones, el conocimiento y la defensa del territorio, la resolución de problemas comunes, el diálogo público y sobre lo público. Todos estos son elementos constitutivos y definitorios de la política tienen en común que se desarrollan como nacen en el ámbito de lo local.
En otras palabras, si damos por hecho que la política depende de la existencia de un fenómeno colectivo, dicho fenómeno requiere del contacto físico que se da en el territorio local, del cual surge la política.
El lunes de esta semana dieron inicio los periodos oficiales de campaña para contender por los puestos de representación popular en el ámbito local en las diferentes demarcaciones que celebrarán elección de municipalidades o ayuntamientos y personas legisladoras de los congresos de cada Estado de la República.
Muchos de los nombres que se verán en las boletas para estos cargos son totalmente anónimos para la mayoría de la población del país. Una buena porción incluso jamás ha competido en un proceso de elección popular.
Opacadas por el proceso electoral presidencial y del congreso federal mexicano, las elecciones locales suelen no aparecer en los medios de comunicación más que cuando existe una tragedia que lamentar o alguna nota aislada sobre algo gracioso que sucede en ellas.
No obstante los ayuntamientos y congresos estatales son igual de importantes que los grandes cargos que se disputan en el país. Al ser el primer contacto del estado con el ciudadano las personas gobernantes y legisladoras locales tienen la obligación de atender los problemas puntuales de la población a la que representan. Además son quienes al menos en el papel tienen el pulso del sentir de la población de manera mucho más detallada.
En algunos estados, la política local está dominada por una o unas cuantas familias, que gobiernan casi todo incluso en ambos espectros partidistas. En otros, la cultura política ha logrado avanzar para dar paso a nuevas generaciones que apuestan por otras formas de hacer política, sobre todo bajo la bandera de la Cuarta Transformación.
Estoy convencido de que los cambios de más largo alcance en términos de cultura política nacerán en el ámbito local y solo después habrán de tener un alcance nacional o incluso global. Pongamos atención tanto al talento como a la corrupción que se manifiestan lo mismo en el panorama nacional como en la vida de los municipios de nuestro país. La política necesita que le prestemos atención en cada territorio.