El Cinco de Mayo, fecha que recuerda la Batalla de Puebla de 1862, suele generar confusión sobre su verdadero significado, ya que se celebra con mayor entusiasmo en Estados Unidos que en México. Aunque representa una victoria simbólica del ejército mexicano sobre las tropas francesas, dentro de México la fecha no es considerada una festividad nacional de gran magnitud.
El 5 de mayo de 1862, las fuerzas mexicanas, dirigidas por el general Ignacio Zaragoza, lograron derrotar al Segundo Imperio Francés en Puebla, en un episodio que fortaleció el espíritu de resistencia del país. Sin embargo, esta victoria no puso fin a la intervención extranjera, razón por la cual en México su conmemoración tiene un carácter más regional y menos festivo que otros acontecimientos patrióticos como el Día de la Independencia o la Revolución Mexicana.
En contraste, en Estados Unidos, el Cinco de Mayo fue adoptado por la comunidad mexicoamericana como una expresión de identidad cultural. Durante el movimiento chicano de las décadas de 1960 y 1970, esta fecha cobró especial relevancia como símbolo de resistencia y orgullo frente a las condiciones de discriminación y exclusión social.
La popularidad del Cinco de Mayo en territorio estadounidense también ha sido impulsada por el interés comercial. Desde mediados del siglo XX, industrias de alimentos, bebidas y entretenimiento aprovecharon la celebración para promover productos y eventos, transformándola en una "fiesta mexicana" ampliamente difundida, aunque en muchos casos desconectada del contexto histórico original.
En México, la conmemoración del 5 de mayo se mantiene principalmente en Puebla, donde la batalla tuvo lugar. En el resto del país, la fecha pasa con relativa discreción, al no ser un día de asueto oficial ni contar con una tradición de celebraciones masivas, a diferencia de otras fechas cívicas de gran importancia nacional.
Así, mientras en México el Cinco de Mayo se recuerda como una victoria histórica localizada, en Estados Unidos ha evolucionado hasta convertirse en una celebración de identidad, orgullo latino y, en gran parte, un evento comercial con gran proyección social.