Luego de tres días de negociaciones entre autoridades de México y Estados Unidos se llegó a un acuerdo, la suspensión de aranceles a productos mexicanos. Días, atrás el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a México con la imposición de aranceles de 5 por ciento (que incrementarían de forma gradual a 25 por ciento), si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no frenaba el flujo de migrantes provenientes de Centroamérica.
México y Estados Unidos se reunieron la semana pasada para enfrentar los retos comunes en materia de migración, incluyendo la entrada de migrantes a Estados Unidos, que violan la legislación estadounidense.
Teniendo en cuenta el aumento significativo de migrantes provenientes de Centroamérica que se dirigen a Estados Unidos y atraviesan México para llegar a su destino final, ambos países reconocieron la importancia fundamental de resolver rápidamente la emergencia humanitaria y la situación de seguridad prevalecientes.
Como resultado de las negociaciones, México se comprometió a incrementar acciones legales a fin de reducir la migración irregular, incluyendo el despliegue de la Guardia Nacional en todo el territorio nacional, dando prioridad a la frontera sur; por su parte, Estados Unidos extenderán de manera inmediata la instrumentación de la sección 235(b)(2)(C) a lo largo de su frontera sur.
Ello implica que aquellos que crucen la frontera sur de Estados Unidos para solicitar asilo serán retornados sin demora a México, donde podrían esperar la resolución de sus solicitudes de asilo.
México se comprometió a autorizar la entrada de dichas personas mientras esperan la resolución de sus solicitudes de asilo, y ofrecerá oportunidades laborales, acceso a la salud y educación a los migrantes y sus familias, mientras permanezcan en territorio nacional, así como protección a sus derechos humanos. Se estableció que este acuerdo tendrá una duración de 90 días.
De lo anterior podemos concluir que el gran perdedor de estas negociaciones es México, ya que Trump nos obliga a implementar una política migratoria para evitar el acceso de Centroamericanos, que tienen como objetivo emigrar a Estados Unidos y mantenerlos económicamente y proporcionales oportunidades laborales, servicios de educación y salud; en tanto Trump valora las solicitudes de asilo.
México es un país de pobres, muchos mexicanos carecen de empleo y de servicios de salud, por decir lo menos, un convenio de esta naturaleza resulta muy gravoso, y es una pena que México aceptará un acuerdo en estas circunstancias, sin haber peleado o exigido el cumplimiento de los convenios internacionales, y sin haberse sometido, ante la amenaza y el chantaje del Presidente Trump.
¿Dónde quedó el Derecho Internacional y la libre autodeterminación de los pueblos?
¡México se ha convertido en un rehén de Estado Unidos¡
•Especialista en Derecho Constitucional
y Penal