Cuando salió el “humo blanco” el fin de semana y se dio a conocer el acuerdo entre México y Estados Unidos sobre el asunto de los aranceles, lo tuve claro. Fue un simple respiro porque el modus operandi de Trump es llevar al límite a su adversario y eso hará en los meses por venir, y sólo por el simple hecho de tener en la mira quedarse otros 4 años más como el inquilino de la Casa Blanca. Literal, el mundo puede rodar mientras él logra su cometido.
Así van los ejes de Trump: muro, migración y comercio, y hará uso de ellos siempre a su favor.
Para el mandatario estadounidense los acuerdos son ganar-ganar –pero él– sino vean el ultimátum: si en 45 días que ya comienzan a correr no hay un cambio en el flujo de los migrantes centroamericanos que quieren ir a la Unión Americana regresa la amenaza, y ahora no sólo es el presidente de EU, quien también dispara su artillería hacia México es el vicepresidente de EU, Mike Pence.
Y quien ha puesto la agenda en la próxima cumbre del G20 es Donald Trump. Su nueva arma son las guerras comerciales tema que tiene en bastante tensión a los ministros de finanzas del club de los más ricos del orbe por la amenazas contra sus principales socios México y China.
En una entrevista con la cadena CNBC el presidente señaló: “todos se aprovecharon de nosotros durante años. Los aranceles son algo maravilloso y empujarán a China a hacer un acuerdo comercial con EU", y remató: “ hará el acuerdo, con nosotros porque debe hacerlo”. ¿Los aranceles son algo maravilloso? Para quién, porque para el mundo se ha traducido en una amenaza en como los pretende aplicar Estados Unidos, y esto se dio a conocer tras una reunión de 30 horas con los ministros de finanzas del G20 y bancos centrales, situación lamentable para nuestro país. El Presidente ante este escenario debería retomar su visita a Japón para defender miles de trabajos de mexicanos que están en la tablita por los aranceles; argumentos, México tiene de sobra.
Regresando a China, marcas como Iphone, la cadena de hoteles Marriot o la deportiva Nike, por mencionar sólo algunas, serían afectadas si también China responde con sanciones a Washington; es por eso la importancia del encuentro entre EU y China.
Y Trump ahora le tiene preparada una bomba a Francia. Tras su visita a Normandía dejó ver que algo hará respecto a los vinos franceses que en su país entran libre de aranceles, mientras que los vinos producidos en California pagan derechos para venderse en esa nación. Lo cierto es que Macron no le tiene miedo al presidente de EU y seguro estará dispuesto a enfrentarlo.
•Es analista de temas internacionales,
especialmente, en política de EU,
Latinoamérica y el Vaticano.
@lauperezcisnero