Durante su discurso en el Zócalo capitalino, tras la ceremonia de entrega del bastón de mando, la presidenta Claudia Sheinbaum delineó una serie de compromisos que marcarán su mandato. Uno de los puntos más destacados fue su promesa de redoblar esfuerzos para encontrar a los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, un tema que sigue siendo una herida abierta en la sociedad mexicana.
Sheinbaum también dejó claro que durante su gobierno no se permitirá la reelección para ningún cargo de elección popular y buscará prohibir que familiares directos puedan suceder a funcionarios en esos mismos puestos. Además, aseguró que encabezará un gobierno honesto, libre de nepotismo, comprometiéndose a erradicar el uso de influencias para favorecer a familiares o allegados en la administración pública.
Otra de sus promesas fue su decisión de vivir en Palacio Nacional, lo que refuerza su intención de mantener un gobierno austero y sin privilegios. En línea con esto, la presidenta subrayó que nadie en su administración podrá ganar un salario mayor al de la propia presidenta, reafirmando su compromiso con la austeridad republicana.