Del Palacio a la calle. 5 puntos

Columnas viernes 19 de junio de 2020 -

Al presidente Andrés López Obrador le gusta provocar a la opinión pública; específicamente, al “circulo rojo” que, en términos generales, son quienes cuentan con mayores elementos para señalar sus errores ya sea en lo político como en lo económico. Su provocación es como un regate futbolero en el que, con un movimiento, invita a ir por él con una crítica sustentada y, en un segundo movimiento, nos esquiva con una cortina de humo mediática y les dice a sus huestes qué el es la víctima. Normalmente trato de evitar el amague, pero su salida de Palacio hacer campaña por todo el país tiene demasiadas lecturas como pare decirle que no.

1. Como digo una cosa, digo otra. Sí, la multicitada Chimoltrufia de Roberto Gómez Bolaños es un clásico nacional, ¿pero de qué otra manera podemos ilustrar sin romper en llanto la imagen del presidente López Obrador invitándonos a “no tenerle miedo al coronavirus”, “recuperar nuestra libertad” y “salir a restaurantes y fondas” en diferentes ciudades del país, mientras está rodeado de pendones de Presidencia de la República donde se lee con total claridad y contundencia “Quédate en casa”. Habrá que sacar el costo promedio de cada paciente de COVID-19 atendido en el Sector Salud y multiplicarlo por los pacientes adicionales que se den a partir de estas salidas del titular del Ejecutivo, para saber en cuánto nos sale el chistecito.

2. ¿Apoyas a López Obrador? Tal vez no lo crean, pero eso me preguntaron después de decir que no participo en las marchas organizadas en contra del presidente López Obrador. Más allá de las razones por las que no comulgo con las marchas (de ningún tipo), tampoco estoy de acuerdo las voces que le exigen renunciar; es una salida demasiado sencilla para él y demasiado cara para nosotros los ciudadanos. Mi demanda no es popular, pero la considero válida: Señor Presidente, deje de contarnos y contarse cuentos chinos, hágase de un gabinete serio donde haya técnicos, escúchelos y tenga una gestión a la altura de sus promesas. No más y no menos.

3. ¿Odias a López Obrador? No, no lo odio. El odio es un sentimiento demasiado personal para una persona con la que he platicado brevemente una vez. Lo que sí tengo es la convicción de analizar la realidad con una objetividad descarnadamente positivista y comtiana, para señalar políticas o actitudes que me parecen perniciosas para el país. No como fuego ni mucho menos, pero así ha sido siempre. La pregunta interesante aquí es ¿por qué a los afectos al presidente López Obrador les duele tanto una critica objetivo que ni siquiera va dirigida a ellos?

4. La fábrica de Ford. En su visita a Veracruz el Presidente señaló que el programa “Sembrando Vida” genera más empleos que la “fábrica de Ford”. Más allá del fraseo creo que el Ejecutivo no alcanza a dimensionar la importancia de Ford (4 plantas en México -dos en Chihuahua, una en Hermosillo y una más Cuautitlán- y que cada año le compra a México alrededor de 12 mil millones de dólares ) y de la industria automotriz, en general. Dejémoslo en que, a diferencia del sector petrolero que cada vez vende menos al mundo y es deficitario, el automotriz es nuestro campeón para aprovechar la plataforma económica que su Gobierno ratificó y el mismo celebró: el T-MEC.

5. ¿De verdad “Sembrando Vidas”? No pueden ser considerados como empleos formales porque son, precisamente, beneficiarios y no tienen acceso a las prestaciones de ley. En segundo lugar, el programa “Sembrando Vidas” tuvo un pésimo desempeño en 2019 pues únicamente entregó 13.9% de los 575 millones de plantas que era su objetivo. En tercero, incentiva la mini-propiedad rural, y por lo tanto, el autoconsumo. Cuarto ¡el apoyo es de la mitad del salario promedio en la industria automotriz!