El 6 de enero, millones de personas alrededor del mundo celebran el Día de Reyes Magos, una festividad cargada de magia e ilusión, especialmente significativa para los más pequeños de la familia.
Esta fecha tiene sus raíces en la tradición católica y está vinculada a la visita de los tres reyes de oriente al niño Jesús tras su nacimiento, tal como se relata en la Biblia. Los nombres de estos personajes, Melchor, Gaspar y Baltasar, y sus regalos -incienso, mirra y oro- tienen un significado especial: el incienso representa la divinidad de Jesús, la mirra su humanidad y mortalidad, y el oro su realeza como "rey de los judíos".
El encuentro entre los Reyes Magos y el niño Jesús, conocido como la Epifanía, ocurrió el 6 de enero. Por ello, los católicos romanos adoptaron esta fecha para conmemorar el evento, mientras que en otras tradiciones cristianas, como la ortodoxa, la celebración se lleva a cabo el 19 de enero.
En México, la tradición del Día de Reyes incluye actividades muy esperadas, como la llegada de los regalos. Es común que los niños escriban cartas a los Reyes Magos y las dejen junto a sus zapatos debajo del árbol de Navidad, esperando encontrar regalos la mañana del 6 de enero.
Además, la festividad incluye la preparación y el disfrute de la Rosca de Reyes, un pan decorado con frutas de colores que simbolizan las joyas de los Reyes Magos. En su interior, se esconde un pequeño muñeco que representa al Niño Jesús, recordando el momento en que María y José lo ocultaron para protegerlo del Rey Herodes.
Esta tradición no solo une a las familias en torno a la comida, sino que también refuerza los valores y simbolismos religiosos que dan sentido a la celebración.