De acuerdo con información del Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), se dio a conocer que en México, uno de los principales productos y alimentos que más aportan sodio a la dieta de son: los embutidos (salchichas, tocino y jamón), sopas instantáneas, pan de caja, pastelillos, tortillas de harina, quesos, leche, tortillas de maíz, además de salsa cátsup, salsa picante, salsas de soya, inglesa y sazonadores líquidos.
Asimismo, algunos especialistas consideran que dicha dieta, rica en productos con exceso de sodio es un factor de riesgo para el desarrollo de hipertensión arterial que sufren 1 de 4 adultos mexicanos.
De igual manera, se dio a conocer que el 40% de esta población ignora estar padeciendo dicha enfermedad que puede derivar en problemas del corazón, como insuficiencia cardíaca e infartos, accidentes cerebrovasculares, daño en riñones, que provoca a su vez insuficiencia renal.
Por otra parte, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el 2020 las enfermedades del corazón se ubicaron como la primera causa de muerte en nuestro país, aún por encima del Covid-19, con 218 mil 885 personas fallecidas y con una tendencia en aumento, ya que en 2019, también como primera causa de muerte, se registraron 156 mil 041 decesos.
De igual manera, un estudio publicado en la Revista del Consumidor del mes de julio de este año enlistó algunos de los productos ultraprocesados que en su elaboración adicionan sal y aditivos que elevan el contenido de sodio y que forman parte de las categorías de botanas, productos enlatados, conservas, galletas, cereales, tortillas de harina y hasta mayonesas que exceden las cantidades normales de sodio.
Respecto a las recomendaciones generales de consumo de sodio, la OMS indica que la ingesta inferior a 5 gramos diarios en el adulto contribuye a disminuir la tensión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio y con ello evitar 2.5 millones de defunciones prematuras a nivel global.
Debido a lo anterior, especialistas consideran que las estrategias para disminuir su consumo no deben limitarse únicamente a la sal añadida de forma individual, sino también a fomentar su reducción en las fórmulas de los alimentos industrializados, que consumen, con más frecuencia, las y los mexicanos.
Redacción