El miedo se apodera del este de la República Democrática del Congo mientras los desplazados esperan la vacuna contra el mpox

AFP

Un número cada vez mayor de pacientes ha estado acudiendo a un hospital de Goma, en el este de la República Democrática del Congo, donde en los últimos meses ha estallado una epidemia de mpox que se ha extendido rápidamente.

Entre cinco y veinte personas acuden cada día al Hospital General de Referencia de Nyiragongo, en Kivu del Norte, para consultar a los sobrecargados equipos médicos de un centro de aislamiento al aire libre, temiendo estar enfermas a causa del virus.

La enfermedad puede transmitirse de animales a humanos, pero también de persona a persona a través del contacto sexual o físico cercano.

El doctor Tresor Basubi examinó la respiración y los latidos del corazón de una niña tranquila cuyo cuerpo estaba cubierto de lesiones en la piel causadas por la enfermedad que ha matado a 548 personas en la República Democrática del Congo en lo que va de año.

Ya han aparecido casos en todas las provincias de la República Democrática del Congo, un país de 100 millones de habitantes.

"Esto es sólo el comienzo, la niña no es asténica, no muestra síntomas graves, puede caminar por sí sola", dijo Basubi mientras examinaba a la niña.

En los casos benignos, que constituyen la gran mayoría de las infecciones, los tratamientos pueden ayudar a aliviar los síntomas, incluido el paracetamol para reducir la fiebre y una crema de óxido de zinc para aliviar las lesiones.

"Los pacientes sienten picor, pero las cicatrices desaparecen con el tiempo", añadió el médico.

Si bien ya han surgido casos de mpox anteriormente, una nueva cepa del virus más letal y más transmisible (clado 1b) causa la muerte en alrededor del 3,6 por ciento de los casos, y los bebés y los niños corren mayor riesgo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

- Los desplazados en riesgo -

La República Democrática del Congo, que ha registrado alrededor de 16.000 casos en lo que va de año, es el epicentro de una epidemia que llevó a la OMS a activar el miércoles su nivel más alto de alerta internacional.

Sólo en la provincia vecina de Kivu del Sur se detectan unos 350 casos nuevos por semana, afirmó Justin Bengehya, epidemiólogo de la división provincial de salud de Kivu del Sur.

Goma, la capital de Kivu del Norte, casi rodeada por una rebelión armada y donde cientos de miles de desplazados se han amontonado en campamentos improvisados, teme una propagación a gran escala debido a la promiscuidad.

Hay al menos 7,3 millones de personas desplazadas en la República Democrática del Congo, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

En el centro de tratamiento, los padres sostuvieron a sus hijos contagiosos en sus brazos a pesar de los riesgos de transmisión piel a piel, y el personal ha estado creando conciencia sobre las medidas de prevención.

"Mi hijo estuvo hospitalizado aquí por mpox y mi hija lo estaba cuidando. Después de que salieran el domingo, mi hija comenzó a presentar los mismos síntomas el miércoles", dijo Deogracias Mahombi Sekabanza, un trabajador de la salud que trajo a su hija a Confiance.

Sekabanza dijo que su hijo se infectó después de jugar con amigos.

- "Tenemos miedo" -

Furaha Makambo ha estado viviendo en una tienda de campaña cercana con sus tres hijos, Ornella, Rachelle y Baraka, todos ellos contrajeron mpox en el campamento donde han sido desplazados.

"Mis hijos duermen en la misma cama y se contaminan constantemente al mismo tiempo, y no tenía una cama extra para separarlos", dijo Makambo.

Tras la muerte de su marido, huyó de su hogar en el territorio de Masisi, en el este de la República Democrática del Congo, donde operan grupos armados violentos, y buscó refugio en Goma.

Decenas de milicias de la República Democrática del Congo y de países vecinos llevan 30 años combatiendo en el este del país.

"Tenemos miedo, hay que erradicar esta enfermedad para que deje de llegar a los desplazados porque puede exterminarnos", dijo a la AFP.

Si bien las medidas preventivas y la experiencia de epidemias anteriores están ayudando al personal a responder rápidamente a los casos sospechosos, los niños en particular tienen dificultades con el distanciamiento social.

"Esta enfermedad es muy contagiosa. Si tocas el sudor, la orina o incluso la ropa de una persona enferma, estás directamente expuesto", explicó el doctor Basubi.

“Lavarse las manos con jabón o ceniza puede ayudar a protegerte, pero no hay garantía”, añadió.

En una tienda de campaña que comparte con tres niños de otras familias, Nyota Mukobelwa, una vendedora de donas que fue desplazada por los combates, estaba sentada en su cama, riendo elegantemente frente a las cámaras.

"La vacuna tiene que estar disponible, de lo contrario la epidemia seguirá propagándose, mucha gente morirá y contaminaremos a nuestros niños en casa", afirmó.

La OMS ha instado a los fabricantes a aumentar la producción de vacunas mpox para frenar la propagación de casos del clado 1b y ha pedido a los países que donen reservas a los países con brotes.

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