Las familias de los trabajadores accidentados lanzan una desesperada petición a las autoridades y a los responsables del operativo de rescate: “¡Que nos los entreguen, vivos o muertos, pero que no los vayan a dejar ahí abajo!”.
Las familias apoyan la decisión del gobierno federal de aceptar la colaboración internacional para hacer más eficiente el proceso de rescate, pero advierten que se trata de una medida que parece tardía, pues recuerdan que desde un principio pidieron la intervención de expertos extranjeros que ayudaran en el diseño e instrumentación del operativo.
La señora Magdalena Montelongo, cuyo hermano Jaime es uno de los 10 trabajadores que permanecen dentro de los pozos inundados, lamenta que se haya perdido tiempo antes de aceptar el apoyo extranjero.
“Si eso lo hubieran tomado en cuenta desde un principio, aceptar las opiniones de otras partes, a lo mejor ya no estuviéramos aquí. Yo no sé si ya está autorizado o apenas lo están planeando. No sé si ya sea algo concreto que están pidiendo esa ayuda”, comentó la mujer.
“Nos sentimos muy desconsoladas, nos vemos igual o peor que cuando estábamos al principio, cuando pasó el accidente. Ahorita ya vemos muy incierto esto. Antes estábamos de que ya iban al rescate, ahorita es volver a empezar. ¿Cuándo van a rescatar?, ¿cuándo va a bajar el nivel del agua, si en lugar de bajar está subiendo?”, cuestiona.