México y el Consejo de Seguridad

El país ha participado en cuatro ocasiones anteriores en este cuerpo (1946, 1980, 2002 y 2009), en las que se ha destacado por ser congruente con sus principios de política exterior, incluso teniendo posiciones diversas a las hegemónicas. Uno de los pasajes más recordados fue en 2003, con Adolfo Aguilar Zínser como representante, cuando México votó en contra de la invasión a Irak por la coalición liderada por Estados Unidos y Gran Bretaña, lo que le valió fuertes tensiones diplomáticas.

Es importante señalar que el Consejo de Seguridad es uno de los máximos órganos para la toma de decisiones en la ONU, con un peso político determinante e injerencia en el futuro de los países.

No obstante, se debe apuntar que los miembros permanentes son los que toman en última instancia las decisiones trascendentales, por lo cual también es un esquema de legitimación de acciones polémicas en un marco internacional.

En su calidad de presidente, México tendrá que abordar temas muy sensibles en la actual coyuntura. Desde luego, las consecuencias y retos asociados a la pandemia y al mundo post-covid desde un punto de vista de seguridad. Otros como el retiro de Estados Unidos de Afganistán, las repercusiones geopolíticas internacionales y la crisis humanitaria interna que produjo.

De la misma forma, se podrían discutir las tensiones que sostiene Estados Unidos con China, Rusia, Corea del Norte y Venezuela, por mencionar las principales. Asuntos que pudieran no ser tan mediáticos pero no por ello son menos importantes, son los relacionados con el continente africano que corresponden a dinámicas muy particulares y que inundan la agenda de este órgano decisorio.

En este contexto, el presidente realizará su segundo viaje al exterior para presidir la sesión del Consejo para exponer tres temas de interés nacional y global. El primero, es sobre el mantenimiento de la paz con énfasis en las condiciones que generan conflictos como la corrupción, la pobreza y la desigualdad. El segundo, son las armas pequeñas y ligeras que generan violencia en diferentes regiones del mundo, y que es un tema prioritario para México. De éste, se emitirá un documento que contenga los temas discutidos y acuerdos, y que sirva como referente hacia el futuro.

Y, el tercero, consiste en mejorar la coordinación de los diversos órganos internos de la ONU, para desarrollar esquemas más eficientes y que permitan tener un mejor abordaje de las problemáticas internacionales. El Consejo de Seguridad también es una oportunidad para visibilizar los temas los temas de la región y avanzar en su solución.

México tendrá una tarea de mucha responsabilidad en su participación, buscando el respeto a los principios establecidos en el artículo 89 constitucional y hacer del Consejo un ente más democrático y transparente. En ese sentido, el país ha propuesto aumentar el número de miembros no permanentes y limitar el uso del veto por parte de los miembros permanentes.

Juan Ramón de la Fuente, representante ante la ONU y ex rector de la UNAM, será quien encabece esta labor tan relevante que está a la vuelta de la esquina. Ya se tendrá tiempo de analizar el balance de la participación de México en este órgano en las siguientes semanas.

* Candidato a Doctor en Ciencia Política por la UNAM y fundador de la Consultoría SIE. Twitter: @jgt_00