La noche del lunes 16 de diciembre, el municipio de San Juan Tianguismanalco, Puebla, fue escenario de intensas protestas ciudadanas tras el asesinato de un comerciante durante un violento asalto. Enardecidos por la inseguridad y la falta de respuesta de las autoridades, los habitantes incendiaron dos patrullas, vandalizaron oficinas del Ayuntamiento y destrozaron vehículos municipales y particulares.
El conflicto comenzó luego de que sujetos armados irrumpieran en una tienda, robando mercancía y disparando fatalmente contra el propietario, José Hilario, de 74 años. La tardanza de los servicios de emergencia para asistir al comerciante agravó el enojo de los pobladores, quienes denunciaron negligencia y desinterés por parte de las autoridades locales.
La situación se intensificó cuando, minutos más tarde, vecinos sorprendieron a presuntos delincuentes ingresando a una vivienda. Uno de los asaltantes resultó herido de bala y recibió atención inmediata de paramédicos, lo que desató la ira de la multitud al comparar la rápida respuesta con la falta de atención al comerciante asesinado.
Dos sospechosos fueron detenidos y trasladados a la comandancia local, pero la turba exigió que les fueran entregados para lincharlos. Ante la negativa de los policías, los manifestantes vandalizaron otra patrulla y luego incendiaron las oficinas del Ayuntamiento, destrozando mobiliario y vehículos antes de rociar gasolina en las instalaciones.
El Gobierno del estado activó el protocolo de linchamiento para proteger a los detenidos. Elementos de la Policía Estatal y el Ejército Mexicano acudieron al lugar para controlar la situación y trasladar a los sospechosos a un sitio seguro. Mientras tanto, los familiares de la víctima se presentaron en la Casa de Justicia para exigir la captura de los responsables del homicidio.
Este episodio refleja la creciente frustración de la población ante los altos índices de inseguridad y la aparente falta de respuesta por parte de las autoridades locales en Puebla.