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Regresan las celebraciones de Semana Santa

Regresan las celebraciones de Semana Santa

Nación viernes 08 de abril de 2022 -

Alejandra Pérez

La Semana Santa ya está a la vuelta de la esquina y en nuestro país se trata de una de las celebraciones religiosas más conocidas, debido a las diversas actividades que se realizan en muchas regiones de México.

La tradicional procesión en Iztapalapa, la Procesión del Silencio en San Luis Potosí y los encruzados en Taxco son solo algunas de las representaciones que se llevan a cabo a lo largo y ancho de la República Mexicana, así que este es el pretexto perfecto para salir de viaje y disfrutar de los recorridos y actividades religiosas, no sólo en los destinos antes mencionados, sino en cualquier rincón del país.

Un buen lugar para disfrutar de un viaje donde el eje principal sea fe, es en el Pueblo Mágico de Taxco, en Guerrero.

Los Encruzados de Taxco, penitentes encapuchados con el torso y los pies desnudos y un atado de espinas a cuestas, simbolizan el fervor religioso que reúne a cientos de fieles en una de las celebraciones religiosas más dramáticas y emblemáticas de la Semana Santa en México.
Estos anónimos expiadores, cuyo rostro cubre la capucha, custodian al Cristo del Santo Entierro en la llamada Procesión del Silencio, la más importante de la Semana Santa en Taxco, poblado del sureño estado de Guerrero.

Los primeros registros de esta tradición se remontan a 1598 y dos años después la Iglesia Católica ya tiene documentados los permisos que otorgó para la procesión del Cristo del Santo Entierro.

Esta celebración religiosa se ha mantenido inalterada a lo largo de los siglos y se ha consolidado como una de las principales atracciones de Semana Santa en este país junto con la Pasión de Cristo en Iztapalapa, en Ciudad de México.

En Taxco hay procesiones todos los días de la Semana Santa, pero la del Cristo del Santo Entierro es la que más fervor concita entre los visitantes tanto por su solemnidad como por el dolor contenido de los penitentes, conocidos como los Encruzados.

Por las calles empedradas y sinuosas de Taxco, una ciudad turística con tradición minera, los penitentes caminan descalzos, llevan el torso desnudo, visten un ropón negro y sobre la espalda cargan un atado de varas espinadas.

El atado, que lacera la piel de su cuello y espalda, pesa alrededor de 50 kilos y está formado por varas de zarza, un arbusto espinoso que crece en el sur de México.

A lo largo del recorrido, los Encruzados hacen pausa y se flagelan con un largo cordón que tiene clavos en las puntas y que hace las veces del látigo romano.

Su identidad es un secreto, obligado y parte de la penitencia, manda o promesa que quieren cumplir en cada Semana Santa. En Taxco hay cofradías que preparan a los Encruzados desde un año antes de cada participación.

La improvisación no tiene lugar y los penitentes se registran con esa anticipación para tener tiempo de prepararse, física y espiritualmente, además de asistir a las pláticas que ofrecen los religiosos.

A su lado avanzan decenas de mujeres, totalmente vestidas de negro y en silencio, portando crucifijos de madera, rosarios, algunas cirios o cadenas que arrastran y producen un sonido que marca su recorrido.

El Domingo de Ramos marca el inicio de la festividad católica más importante y en Taxco las procesiones se efectúan prácticamente todos los días. El lunes está la Procesión de las Vírgenes, con las imágenes de la Natividad y de San Miguel Arcángel.

El martes está la Procesión de la Ánimas, la segunda más famosa de Taxco después de la del Cristo del Santo Entierro; el miércoles el atrio de la parroquia de Santa Prisca y San Sebastián se convierte en el Monte de los Olivos y el jueves se adorna para recordar a Getsemaní.

El jueves también tiene lugar la ceremonia del lavatorio de los pies, la última cena y la instauración del sacramento de la eucaristía, momentos trascendentales de la Semana Santa.

La crucifixión del viernes, la procesión del silencio del sábado y la resurrección del domingo completan las festividades en Taxco, una ciudad minera con uno de los pasados coloniales más ricos de todo México, a la par de Querétaro y de Guanajuato.

Además de las procesiones de Taxco, México tiene en la Pasión de Iztapalapa, una de sus más antiguas tradiciones de Semana Santa, que se remonta a 1843, que iniciaron, Zapateros, San Lorenzo, San Pedro, Sr. del Monte y Puxtla, después fueron adhiriéndose cada vez más, hasta llegar a las cifras de hoy en día. Una semana antes de la semana mayor los Cristos y sus dolorosas, de más de una treintena de las capillas de los alrededores, van llegando al Santuario de Nuestra Señora del Carmen, para que el miércoles santo al caer la noche (7:00 pm), iluminados por guirnaldas de focos y acompañados por el doblar continuo de las campanas, lentamente y con gran solemnidad, los Cristos van saliendo uno a uno de la iglesia parroquial por el atrio, para luego desfilar por las principales calles, mientras los devotos los siguen en procesión, con rezos y cantos. Algunos cristos son acompañados de encapuchados, una tradición de aproximadamente 100 años, esta inicia en Tlalpujahua con el Cristo de Señor del Monte, después algunos otros la siguieron, esta tradición casi desaparece, pero es afortunadamente rescatada hace algunos años y hoy continúa. El sincretismo religioso, se manifiesta en estas expresiones de fe.


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JA/CR

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