Tecnologías y educación en tiempos de crisis

En respuesta a esta grave situación, en México, particularmente las instituciones de educación superior, o por lo menos una parte importante, ha logrado hacer una migración a la educación a distancia (e-learning), sistema educativo de formación independiente, no presencial, mediado por diversas tecnologías de la información y comunicación (TIC) que cambia los esquemas tradicionales en el proceso de enseñanza-aprendizaje tanto para los docentes como para los estudiantes.

La inserción de las TIC en la educación superior ha logrado ser el núcleo de transformación donde la aplicación y generación del conocimiento se están incrementando de manera exponencial a nivel global y lastimosamente desigual. En México, según los indicadores sobre disponibilidad y uso de las TIC, para el 2019 tan sólo el 44.3 por ciento del total de hogares contaba con una computadora en casa, y el 56.4 por ciento contaba con conexión a internet. Las cifras anteriores reflejan que existen grupos de personas con un rezago en el acceso y uso de las tecnologías.

Otros aspectos para considerar son, que la gran mayoría de académicas y académicos en el mundo no están capacitados para ofrecer cursos a distancia, que tampoco todos contamos con la tecnología suficiente para hacerlo y que la formación online involucra otros retos a nivel académico, por ejemplo: cómo manejar la asincronía y sincronía de la enseñanza, cómo promover las discusiones en grupo de manera efectiva, o cómo organizar tareas o evaluaciones en línea.

A fin de coadyubar, la Unesco compartió diez recomendaciones dirigidas a las y los docentes y los centros educativos. Asimismo, desarrolló la Coalición Mundial para la Educación a fin de que, en conjunto, se propongan soluciones de aprendizaje en línea a nivel mundial que permitan a todos los estudiantes, especialmente aquellos en situación de vulnerabilidad, seguir con su formación académica durante la pandemia.

La educación a distancia es sin duda un reto, exige del profesor su capacitación y perfeccionamiento. Implica un esfuerzo distinto al del aula tradicional y en el caso particular de la Facultad de Derecho, de la mano de su director, el doctor Raúl Contreras, se han ido generando los mecanismos necesarios para se cumpla con el programa académico y se rediseñe el proceso de enseñanza en función de esta nueva modalidad para producir, compartir y transformar el conocimiento a fin de contribuir simultáneamente a una formación propia, encaminada a la construcción de una identidad profesional más robusta que atienda a las necesidades de nuestra sociedad.